BLOG DE JOSÉ ANTONIO DONCEL DOMÍNGUEZ (I.E.S. LUIS CHAMIZO, DON BENITO, BADAJOZ)

sábado, 28 de marzo de 2015

El crack de 1929 y la Gran Depresión: la economía del período entreguerras.

El pánico se hizo visible en las calles aledañas a Wall Street durante el Crack bursátil de octubre de 1929.
El período entreguerras es una época que se desenvuelve entre la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial y en la que Europa va a vivir una época de fuertes conflictos y tensiones, que a nivel económico vienen marcadas por el desarrollo de la crisis bursátil de 1929 y sus repercusiones posteriores, y a nivel político por la aparición y auge del fascismo. La evolución económica de este turbulento periodo nos sumerge en una época tan sugerente como convulsa, en la que se mezclan periodos de crisis y pesimismo y otros marcados por la expansión de la economía y el optimismo desaforado.  

La crisis de la posguerra (1919-1923)

A lo largo de la primera mitad de la década de 1920, Europa se ve sumergida en una profunda crisis como consecuencia de los efectos de la Primera Guerra Mundial. El desempleo era muy elevado, la inflación demasiado alta y la economía permanecía estancada, creciendo muy poco la producción industrial. Esta situación se debía a una serie de circunstancias, que incluían grandes pérdidas humanas, millones de hombres, así como los enormes destrozos materiales de la guerra, que habían sido especialmente importantes en algunos países como Francia. En el caso de Alemania, esta realidad se veía agravada por la pérdida de algunas de sus principales regiones industriales como Alsacia y Lorena, así como por la desaparición de su imperio colonial, pero también por el pago de fuertes indemnizaciones de guerra a los países vencedores. Todo ello lastraba gravemente su economía, llevando al país hacia la quiebra e imposibilitando la necesaria recuperación económica. Las tensiones sociales se acrecentaron enormemente y como prueba ello, se produjo el estallido de la revolución espartaquista en los meses siguientes a la capitulación de Alemania. La situación de los países vencedores, sin ser tan grave, no era mucho mejor, pues Francia e Inglaterra se encontraban fuertemente endeudados con Estados Unidos, que había sufragado los enormes gastos del conflicto bélico. Tal deuda no podía ser zanjada mientras no recibieran el pago de las indemnizaciones de guerra alemanas.
La Alemania de la posguerra estuvo marcada por la carestía y la escasez. Una cola para intercambiar objetos por comida.
Berlín en 1920. Matanza y descuartizamiento de un caballo en la calle.
La escasez extrema. Una familia ante una salchicha.
Karl Liebknecht fue confundador, con Rosa Luxemburgo, del K.P.D., el partido comunista alemán,  y fue asesinado tras el fracaso de la revolución espartaquista en 1919.
Las calles de Berlín fueron el escenario de violentos enfrentamientos
 armados en enero de 1919, durante la revolución espartaquista.
En 1923 esta situación llegaba al extremo. Alemania se encuentraba en una coyuntura catastrófica que le obligó a suspender el pago de las indemnizaciones de guerra. La respuesta francesa fue la ocupación militar de la zona industrial y minera del Rhur, la principal región industrial alemana. Al perder su zona más rica y productiva, Alemania llegó al colapso económico, produciéndose una hiperinflación. La subida tan fuerte de los precios condujo a la pérdida total de valor de la moneda.
Se hacía necesario revisar la situación de Alemania. EE.UU. convertido en la primera potencia mundial, lanza entonces el denominado Plan Dawes, que pretendía recuperar la economía alemana con la intención de ponerla en condiciones de pagar a los franceses e ingleses, para que a su vez,éstos pudieran saldar sus deudas con Estados Unidos. Para ello se tomaron dos medidas: por un lado la reducción de las indemnizaciones que debía pagar Alemania a los vencedores, especialmente a Francia, por otro lado, la llegada masiva de inversiones y préstamos procedentes de Estados Unidos a Alemania y Austria, lo que permitiría a estos países recuperar el tejido industrial y económico y fortalecer su moneda.
Tropas francesas en la ciudad de Essen durante la ocupación del Rhur.
Un soldado francés frente a un civil alemán en Essen.
La inflación redujo a la nada el valor del
 marco alemán. Los billetes no valían nada.
La inflación afectaba duramente a los pensionista,
era el caso de los mutilados de guerra.
El presidente estadounidense Calvin Coolidge y Charles G Dawes, el primer director de la Oficina del Presupuesto de Estados Unidos.



Los "felices años 20"  (1924-1929)

A partir de 1922 se inicia en Estados Unidos una época de optimismo y crecimiento económico desaforado que permitió superar totalmente la crisis anterior. Esta época se caracterizó por un aumento de la producción y el consumo, la reducción del paro y el desarrollo de las relaciones comerciales. A partir de 1924 la euforia económica termina llegando a Europa, aunque lo hará en menor medida, afectando significativamente a países vencidos como Alemania. El país vive una intensa recuperación de su economía y una reducción del desempleo, a la vez que es integrado en los organismos internacionales, como la Sociedad de Naciones, gracias a la firma de los Acuerdos de Locarno en 1925, por los cuales Alemania aceptaba las nuevas fronteras de Europa occidental y se asentaba la paz en el Viejo Continente.

Los acuerdos de Locarno abrieron el camino a la normalización de Europa y la integración de Alemania en el orden internacional.
En los Estados Unidos, la intensa expansión económica se basara en un fuerte desarrollo tecnológico, que profundizaba en los avances de la segunda revolución industrial. La aplicación de las innovaciones técnicas a la industria supuso un aumento de la producción y la productividad, lo que derivó en un crecimiento de los beneficios empresariales. Un ejemplo es el sector automovilístico, uno de los puntales del crecimiento, donde Ford utilizó las cadenas de montaje y los principios del taylorismo con el objetivo de reducir costes y tiempos de producción.

Cadena de montaje del modelo Ford T.
El desarrollo tecnológico se vio aplicado también al consumo individual de bienes, lo que supuso la popularización de productos como el automóvil, el teléfono o los electrodomésticos. Surge así una sociedad de consumo, favorecida por el crédito fácil y el desarrollo de la venta a plazos, lo que permitió el acceso de amplias capas de la población a productos todavía caros. Todo ello favoreció el endeudamiento de las familias. En esta euforia consumista influyó el desarrollo de una publicidad que encontraba eco en los nuevos medios de comunicación de masas, como la radio y la prensa gráfica, en plena expansión durante la década -en 1929 existían 14 millones de radios en el país-. Se produjeron también importantes cambios en el ámbito de la cultura y las costumbres, con el desarrollo de una nueva cultura popular que incluía espectáculos de masas -cine, cabarets, competiciones deportivas- y nuevas corrientes musicales -jazz, blues, charleston-. En esta época, solo las capas más altas de las sociedades europeas pudieron emular esta forma de vida.

En los años 20 se generalizaba la radio, que incorporaba altavoces y permitía prescindir de los auriculares. Esto posibilitaba la reunión de varias personas para escuchar sus emisiones. 
Con la película "The jazz singer", estrenada en 1927 y protagonizada por Al Jonson, se inicia la era del cine sonoro..
Se disparó el consumo de energía -electricidad y petróleo- y se produjo una enorme expansión del sector de la construcción, multiplicándose la construcción de infraestructuras de todo tipo. Proliferan en esta época los grandes rascacielos, convertidos en un símbolo de la opulencia del capitalismo de la época: en 1929 se terminaba el célebre edificio Chrysler y en 1931, ya en plena crisis, se finalizaba el Empire State.
Vista del edificio Chrysler desde el edificio Empire State en construcción.
Todo este proceso de expansión económica y desarrollo tecnológico condujo a una reducción enorme de las tasas de paro y un aumento importante del bienestar. Pero los cambios trajeron también nuevos hábitos y más libertad, lo que chocó con el puritanismo mas visceral de la cultura americana que reaccionaba ante la llegada masiva de inmigrantes con leyes antimigratorias más restrictivas y a las nuevas costumbres con la prohibición de la fabricación, comercialización y venta del alcohol, lo que condujo a la ley seca y a la época de esplendor del gansterismo, que se nutrió del contrabando de alcohol.
La Ley Seca estuvo vigente en EE.UU. entre 1920 y 1933 y supuso la prohibición de la fabricación, comercio  y venta de alcohol.

Crack bursátil de 1929

La situación de crecimiento y optimismo económico de los años 20 se había basado sobre pilares nada saludables desde el punto de vista económico:
- La superproducción: se produce más de lo que se consume. Durante la Primera Guerra Mundial los países no europeos habían desarrollado ciertos sectores industriales con el fin de sustitutir las importaciones europeas. Terminada la contienda, la producción europea y extraeuropea se sumaron, sin que paralelamente se produjera un aumento suficiente del consumo. Esta situación provocó un aumento de los stocks -sobrantes almacenados sin venderse-. A pesar de esta superproducción, los valores de la bolsa siguieron subiendo. Ello solo tenía una explicación, la conocida como inflación del crédito: se repartían altos beneficios porque los costos de producción se afrontaban a base de préstamos bancarios.
- Especulación: Las inversiones no se orientaban hacia los sectores productivos, algo favorecido también por el incremento excesivo de los créditos. Se invierte para obtener dinero fácil y rápido, comprando en un momento dado para vender al poco tiempo por un precio más alto. De esta manera los precios subían de manera artificial muy por encima del valor real de las cosas. 
La burbuja especulativa, surgida de esta manera, estalló repentinamente a finales de 1929. En septiembre de 1929 la bolsa de Wall Street empezó a dar muestras de estancamiento y a finales de octubre se produjo una violenta crisis bursátil. El 24 de octubre, llamado "viernes negro", 13 millones de acciones fueron lanzadas al mercado a bajo precio y no encuentraron comprador. El 29 de octubre son 16 millones de acciones los que afluyeron al mercado, aunque la demanda era prácticamente nula. El pánico había provocado la fiebre de ventas. En la primavera de 1930, cuando la situación parecía algo más estable, los bancos optaron por vender sus acciones. Ante la crisis, la mayoría de sus clientes habían retirado el dinero de sus cuentas bancarias, los bancos necesitaban líquido y para conseguirlo vendieron sus acciones, lo que provocó un nuevo pánico, contribuyendo el hundimiento de la bolsa. En los años siguientes las cotizaciones seguirían bajando.

La prensa informaba del pánico en la bolsa de New York.
Caos en Manhattan. El pánico bursátil de octubre de 1929 se proyectaba en las calles cercanas a Wall Street.



La Gran Depresión (1930-1939)

A lo largo de la década de 1930 se fueron haciendo cada más evidentes las consecuencias del crack bursátil. En EE.UU. se produjo la ruina masiva de los pequeños accionistas, que habían invertido todos sus ahorros en la bolsa. El sistema financiero quedó desarticulado en los años posteriores y muchos bancos presentaron suspensión de pagos. Quebraron muchas empresas, especialmente las débiles y frágiles, afectadas por la pérdida de beneficios y la eliminación de los préstamos bancarios. Se retrajeron las inversiones y se produjo un hundimiento del consumo. Ante las dificultades para vender los productos, se produjo un fuerte descenso de los precios. Todo ello provocó un aumento rápido de los niveles de paro, que en EE.UU pasó del 3% al 25% y se convirtió en una drama nacional.



El paro se convirtió en los años 30 en un drama nacional en EE.UU.
Esta imagen de la fotógrafa Dorothea Lang mostrando la dura vida de una madre jornalera y
 sus hijos se convirtió en el gran icono de la crisis de los años 30.
Como en la crisis actual , los desahucios formaban parte de la vida cotidiana en la crisis de los años 30. 
Una cola de parados durante la Gran
 Depresión. Miseria y desolación.
Está clara la inspiración de este
 cartel de la administración de EE.UU.

















Años 30. Parados haciendo cola para recibir una comida caliente.


Comedor social durante la Gran Depresión.
Brutal contraste entre el cartel que ensalza el modo de vida americanoy la cola de la asistencia social. La población negra, discriminada y poco formada, fue muy afectada por la crisis.
En los grandes núcleos urbanos de EE.UU. proliferaron en los años 30 asentamientos de infraviviendas denominados Hooverville en "honor" al presidente Hoover, que gestionó pésimamente la crisis en sus inicios.


En Europa la crisis llegó un poco más tarde. Después del crack bursátil, EE.UU redujo su actividad comercial con Europa y el comercio mundial se vino abajo. EE.UU. repatrió todos los capitales -préstamos e inversiones- que tenía en Europa. Esto tuvo un efecto brutal sobre las economías europeas, especialmente Alemania y Austria, donde EE.UU. había inyectado más dinero. En estos países se produjo un hundimiento dramático de la economía, con el consiguiente aumento del paro, que en Alemania alcanzó niveles desconocidos, y la aparición de fuertes tensiones sociales que implicaron el crecimiento de las organizaciones políticas comunistas y el vertiginoso ascenso del fascismo.
Ante esta situación, los gobiernos desarrollaron políticas económicas que apostaban por la reducción de las importaciones para la favorecer la industria propia y las políticas de proteccionismo aduanero. Se optó por un fuerte intervencionismo del Estado en la economía, con el objetivo de reactivarla y proteger a las clases sociales más afectadas por la crisis. En general esto provocó el aumento y desarrollo de las empresas públicas. Esta situación se agudizó en los países fascistas, donde la intervención estatal buscó con aínco la autarquía, desarrollando activas políticas de rearme y obras públicas que consiguieron reducir el paro con rapidez.

La fábrica Rehinmetall-Borsig de armamento en Düsseldorf. El rearme fue clave en la política de empleo del III Reich.
Hitler desarrolló un ambicioso programa de obras públicas en la Alemania de los años 30 que incluyó la creación de una densa red de autopistas, las denominadas autobahn.
Septiembre 1933, el Fúhrer realiza la primera palada de la primera autobahn. En enero había sido nombrado canciller de Alemania.
El principal ejemplo de las políticas anticrisis fue el "New Deal", puesto en marcha en 1933 por el presidente F.D. Roosevelt. Buscaba la reactivación económica y de las empresas a partir de los postulados del economista John Maynard Keynes, que defendía el estímulo de la economía mediante el gasto presupuestario del Estado. El Estado actuaba sobre:
- El consumo: se ayuda a los parados con subvenciones y subsidios, se ponen en marcha políticas para eliminar el desempleo (creación de obras públicas) y se potencia la subida general de los salarios. Todo ello con el objetivo de crear una gran masa de personas con poder de compra, permitiendo así aumentar el consumo. Con el aumento del consumo, subiría la producción y crecería la economía.
- Los precios: trata de luchar contra la bajada de precios provocada por la crisis, manteniendo precios altos que permitieran a las empresas mantener los beneficios. Para ello se recurre a subvenciones estatales sobre las empresas.

John Maynard Keynes.
Franklin D. Roosevelt.
La Works Progress Administration (W.P.A.) era la principal agencia creada en el marco del New Deal, su objetivo era dar empleo a través de la construcción de obras públicas a lo largo de todo el país.
Desempleados estadounidenses trabajando en una obra en el marco del "USA Work Program", puesto en marcha por la W.P.A.

En este VÍDEO se resumen las claves de la evolución económica del periodo entreguerras: