España es el segundo fabricante de automóviles de Europa. Fábrica FORD en Almussafes (Valencia). Fuente:social.ford.es |
El sector secundario es el sector de la economía que transforma la
materia prima, que es extraída o producida por el sector primario, en productos
elaborados, para ser consumidos directamente, o semielaborados, que serán consumidos
por otras industrias, utilizando para ello una fuente de energía. Incluye la
industria, la construcción y la obtención de energía.
1. FACTORES
DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL
PRINCIPALES FACTORES DE LOCALIZACIÓN
La industria
tiende a localizarse en los espacios que le aportan ventajas a la hora de
producir y obtener rentabilidad, reduciendo los costes y aumentando los beneficios.
No todos los factores tienen la misma importancia, dependiendo del tipo de
industrial y de la época en la que nos encontremos. Los factores “clásicos” de
localización industrial serían:
- La proximidad a las materias primas y las
fuentes de energía.
- La
existencia de un mercado de consumo
grande, mucha población con alto nivel de renta.
- Existencia
de abundante mano de obra, ya sea
barata o bien cualificada.
- Existencia
de infraestructuras y equipamientos
necesarios para el funcionamiento de las empresas, especialmente de un sistema de comunicaciones y de transporte
bien desarrollado que permita la entrada y salida de materias primas, fuentes
de energía y productos elaborados.
- Disponibilidad de suelo abundante y
barato.
- Disponibilidad de capital o capacidad
para atraerlo.
- Existencia de sectores de apoyo, es
decir, de empresas auxiliares industriales, centros de investigación, empresas
de servicios (gestión, publicidad, etc.) o de mantenimiento (talleres de
reparación), sin las que la actividad de una empresa industrial no puede
desarrollarse.
- La política industrial del Estado y las
administraciones públicas, que pueden favorecer la implantación industrial en
determinadas áreas mediante la concesión de incentivos (subvenciones, suelo
barato, creación de red de infraestructura, etc.).
Estos factores
hacen que la industria se concentre en determinadas zonas, que a su vez atraen
a otras industrias dependientes o relacionadas con las ya existentes (economías de aglomeración). En estas
aglomeraciones las empresas industriales se benefician de las economías externas, ventajas que
reporta un entorno a una empresa.
Factores clásicos de la localización industrial. Fuente: geohistoriarte.wikispaces.com. |
Estos factores han variado de importancia con el
tiempo y según los sectores. La industria pesada tradicionalmente ha estado más ligada a las zonas
de extracción de materias primas y fuentes de energía, mientras las industrias
de bienes de consumo se encontraban más próximas a los núcleos urbanos. Sin
embargo, esto tiende a cambiar. Hoy, la globalización
y el desarrollo de los transportes y las comunicaciones ha permitido que la
industria se aleje cada vez más de las materias primas y de los núcleos de
consumo. Cada vez es menos importante la distancia aunque crece el valor de la
accesibilidad (por ejemplo, la industria pesada situada en los puertos). La
mano de obra sigue siendo importante, ya sea por abundante o cualificada. Hoy, sin embargo, es fundamental el acceso
a la innovación o la información (proximidad a los centros de investigaciones,
las infraestructuras de comunicaciones y telecomunicaciones, a determinados
servicios, a un entorno empresarial avanzado tecnológicamente, a una zona
receptiva a los cambios, a la creatividad, etc.).
MATERIAS PRIMAS
Las materias primas son los recursos
naturales que una vez transformados se convierten en productos elaborados o
semielaborados. Pueden ser de dos tipos:
- Materias primas de origen orgánico:
proceden de la actividad agroganadera (algodón, lino, lana, leche, carne,
pieles, etc.) o forestal (madera, corcho, etc.). España es deficitaria en
algunas de ellas, como el algodón o la madera.
- Materias primas de origen mineral: se
encuentran en la superficie terrestre y se concentran en yacimientos o
concentraciones de mineral. Su extracción se realiza en canteras y minas.
Existen varios tipos:
- Minerales metálicos (hierro, cinc, plomo, cobre). Su destino es la
industria básica o pesada (siderometalúrgica o química) y de transformación.
- Minerales no metálicos (cuarzo, caolín, etc.) se usa en la construcción y
la industria química.
- Rocas industriales (arcillas, caliza, granito, mármol, pizarra, etc.)
se emplea sobre todo en la construcción.
España fue
históricamente un importante productor de minerales metálicos, pero a
principios del XX los yacimientos se agotaron. Hoy en su mayoría han de ser
importados del exterior. No es el caso de las rocas industriales, de las que
somos exportadores.
Canteras de mármol de Macael, en la almeriense sierra de Los Filabres. Fuente: viajes.elmundo.es. |
FUENTES DE ENERGÍA
Fuente: Wikipedia |
La energía la
podemos clasificar también en energías
primarias (constituidas por fuentes de energía tal y como se encuentran en
la naturaleza, que no pueden utilizarse directamente, sino que necesitan un
proceso de transformación) y energías
secundarias (obtenidas por transformación de las fuentes de energía
primarias, en luz, calor y electricidad).
La situación energética de España viene marcada por
tres factores:
- Continuo crecimiento de la demanda energética
desde los años 60, vinculado al crecimiento económico e industrial y al aumento
del nivel de vida.
- Déficit energético muy marcado, debido
a la escasez de recursos energéticos como el carbón, petróleo y gas natural,
que hay que importar en su mayoría del
exterior.
- Desarrollo importante de las energías
renovables como forma de enfrentar el problema medioambiental del
calentamiento global y evitar la dependencia exterior.
Fuentes de energía no renovables
CARBÓN: fue básico durante las primeras fases de la
revolución industrial, hasta las primeras décadas del siglo XX. En el caso de
España, el aislamiento favoreció su uso hasta la mitad del siglo XX. El carbón español siempre fue caro de
extraer y de mala calidad, pero se benefició por su carácter estratégico de
un fuerte proteccionismo estatal, que lo protegió de la competencia de otros
carbones mejores y más baratos. Hoy se utiliza sobre todo en la siderurgia y
especialmente en la producción de electricidad en centrales térmicas. Los
principales yacimientos todavía existentes están en la cornisa cantábrica (León,
Asturias, Palencia) En la actualidad el carbón
español vive una fuerte crisis: las empresas son pequeñas y de escaso nivel
tecnológico, los yacimientos son poco rentables (de mala calidad y difíciles de
explotar) y la UE fomenta otros sectores menos contaminantes, restringiendo las
ayudas tradicionales que el Estado ha dado el sector. España importa hoy el 45%
del carbón.
PETRÓLEO: es la clave del sistema energético actual, siendo
utilizado en la producción de electricidad (centrales térmicos), calefacción y
transportes. España es muy deficitaria e importa el 98% del crudo que consume.
Se produce algo en Castellón y Tarragona, mientras el yacimiento de Burgos se
ha cerrado en el 2017. En contrapartida, España
es una potencia en refinado, con 10 refinerías (Jerez, Huelva, Tarragona,
Bilbao, Castellón, Cartagena, Puertollano, La Coruña, entre otras). Es muy
contaminante.
GAS NATURAL: es menos contaminante que las anteriores, por lo
que en épocas de calentamiento global como las actuales, y ante el descrédito
creciente de la energía nuclear, está en
plena expansión. En España apenas
hay, por lo que necesitamos importarlo, sobre todo de Argelia y el norte de
África. España tiene seis plantas de regasificación (Cartagena, Barcelona,
Bilbao, Huelva, Ferrol o Sagunto).
ENERGÍA NUCLEAR: las centrales nucleares utilizan uranio
enriquecido. España extrae uranio de su territorio, pero dependemos de la
tecnología de enriquecimiento de Francia o EE.UU. España cuenta con siete reactores nucleares (Valdellós I y II, Ascó
I y II, Almaraz I y II y Trillo, permaneciendo la central de Garoña inactiva),
que producen el 20% de la energía
eléctrica española. Desde mediados de los 80, el país decretó una moratoria nuclear que frenó la
construcción de nuevas centrales. La opinión
pública es muy hostil a dicha energía, debido al peligro de escape radioactivo (Chernobyl o Fukushima), la dificultad de almacenamiento de los
residuos (almacén de El Cabril) y los elevados costes de construcción y
mantenimiento. Hoy existe un debate sobre la necesidad de retirar la moratoria
nuclear y la prolongación de la vida útil de las centrales (cuarenta años), debido
a que la energía nuclear no emite gases de efecto invernadero y puede ser servir
para hacer frente al cambio climático.
Fuente: mapa de elaboración propia. |
Fuentes de energía renovables
LA ENERGÍA HIDRÁULICA: es la de mayor tradición, basada en la construcción
de embalses y saltos de agua que mueven turbinas y producen electricidad. Se
desarrolló sobre todo en los años centrales del XX con la construcción de embalses en los grandes ríos (Tajo,
Duero, Ebro o Guadiana) y minicentrales
eléctricas en las cordilleras principales. Hoy la producción de energía
hidráulica permanece estancada, debido a las grandes fluctuaciones de la
producción por la alternancia de años secos y húmedos y la no construcción de
nuevos embalses por su impacto sobre el paisaje y el mundo rural.
El desarrollo
de las otras energías renovables es
muy reciente, aunque la mejora tecnológica y la reducción de los costes ha
permitido su expansión, favorecida por el apoyo del estado en la primera década
del siglo XXI, lo que ha convertido a España en una potencia en el sector. Aun
así, contrasta el desarrollo de la eólica, solar y biomasa, con la escasa
importancia de la mareomotriz y la geotérmica.
LA ENERGÍA EÓLICA: se obtiene mediante aerogeneradores que aprovechan la fuerza del viento y se han
extendido especialmente por zonas altas
y costeras como Galicia, estrecho de Gibraltar o las cordilleras
interiores. España es la segunda productora europea después de Alemania.
LA ENERGÍA SOLAR: usa la incidencia de la radiación sobre paneles fotovoltaicos, y su crecimiento
es aún más reciente, aprovechando la gran cantidad de horas de luz y la elevada
insolación del sur español. Se
desarrolla en Canarias, Andalucía, Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha.
España es el tercer productor europeo.
LA ENERGÍA DE BIOMASA: emplea como
materia prima productos agrarios, forestales o ganaderos para lograr
combustibles por fermentación (biogás o biodiesel).Las principales plantas de biomasa en España se encuentran en Huelva. Fuente: huelvared.com. |
2. NACIMIENTO Y DESARROLLO DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA (1855-1975)
La primera revolución industrial llegó a España de
forma tardía y débil,
y cuando lo hizo, la industrialización del país estuvo marcada por su concentración geográfica en zonas como
Asturias, País Vasco o Cataluña.
Tal situación
se debió a una serie de condicionantes
negativos: falta de capitales, escaso nivel tecnológico y escasa
cualificación de la mano de obra (ligada al elevado analfabetismo), la
existencia de un mercado pobre (formado por campesinos con bajísima renta) y
desarticulado (falta de una red de transporte adecuada), inestabilidad política
y conflictos militares (Guerra de Independencia, pérdida de las colonias,
guerras carlistas, pronunciamientos militares, etc.), una sociedad muy rural
con una estructura social arcaica (oligarquía terrateniente y una gran masa de
campesinos pobres).
A pesar de
todo, desde mediados del siglo XIX (1840) se consolidó un núcleo industrial textil en Cataluña y más tarde un núcleo siderometalúrgico en Asturias, ligado
a la explotación de minas de carbón.
A finales del siglo XIX, durante la Restauración, se desarrolló una potente
industria siderometalúrgica en el País
Vasco, especialmente en Bilbao. Detrás estaba la existencia de grandes
yacimientos de hierro, que era exportado sobre todo a Inglaterra.
La falta de
capitales y tecnología resultó evidente en la puesta en marcha de un sistema
moderno de ferrocarriles y en la explotación de los recursos mineros, dos
claves para el desarrollo industrial del país. Se recurrió a capitales
extranjeros en ambos casos. La ley de
ferrocarriles permitió crear una importante red ferroviaria, con capitales
sobre todo franceses, pero se construyó una red ineficiente, con trenes lentos
y caros. La ley de bases de minas vendió a los extranjeros la riqueza minera
española (España era a finales del siglo el mayor productor europeo de
minerales metálicos) y las minas rentables fueron explotadas por empresas extranjeras
(un ejemplo fueron las minas de cobre de Riotinto en Huelva, explotadas por los
ingleses).
Minas de Riotinto.Terminal del ferrocarril hacia Huelva (fondo-BNE) Fuente: www.spanishrailway |
En este vídeo se resume brevemente el proceso de industrialización del siglo XIX en España
El primer tercio del siglo XX estuvo marcado por el crecimiento económico y el desarrollo industrial, en el contexto de un proceso continuo de urbanización y modernización. La pérdida de las colonias a partir de 1898 supuso un duro golpe para la industria española, al perder el mercado colonial, pero aun así, el proceso de industrialización prosiguió al calor de un fuerte proteccionismo del estado, que protegió a la industria de la competencia exterior. La Primera Guerra mundial marca una inflexión importante, ya que el conflicto permitió el incremento de las exportaciones y el desarrollo del tejido industrial. Para entonces, ya agotadas las minas españolas, la mayoría de las empresas extranjeras habían abandonado el país.
Durante los años 20 y a pesar de la
conflictividad social y la inestabilidad política el crecimiento industrial fue
imparable, y especialmente durante la época de Primo de Rivera, beneficiada por la buena coyuntura internacional y
la construcción masiva de obras públicas y carreteras, lo que mejoró las
comunicaciones.
Sin embargo,
este crecimiento se desarrolló sobre el mapa industrial anterior y consolidó
los desequilibrios territoriales,
con zonas muy industrializadas y otras totalmente agrarias (Castilla,
Extremadura y Andalucía).
Durante la II República la coyuntura no fue buena:
la crisis internacional del 29 y la inestabilidad política influyeron
negativamente en el crecimiento industrial, pero a pesar de todo, en España se
consolidaba el crecimiento industrial. Fue la
guerra civil la que truncó la fase expansiva de la industria española.
Durante la posguerra, España permaneció como un
país empobrecido y aislado internacionalmente, que carecía de la tecnología y
las materias primas necesarias para el desarrollo industrial. El estado
desarrolló entonces una política
autárquica, que buscaba el autoabastecimiento y que suponía un fuerte
intervencionismo estatal. El gobierno creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941, con el que buscaba
desarrollar una política industrial a nivel nacional, con empresas como ENDESA,
ENSIDESA O SEAT, que pertenecían a sectores diversos: eléctrico, metalúrgico,
automovilístico, petroquímica o naval.
Solo la apertura al exterior a finales de los años
50 y la llegada de ayuda americana, cambio la situación de ruina industrial
y económica. Con el plan de
estabilización de 1959, la economía se liberaliza y se abre al exterior,
España inicia un proceso de crecimiento industrial y económico, es el “desarrollismo” de los años 60. El
desarrollo se basó en la entrada de inversiones
extranjeras favorecidas por la mano de obra barata y la llegada de
capitales gracias a las remesas enviadas
por los emigrantes españoles en Europa y los ingresos del turismo, con los que se costearon los gastos en
tecnología y energía.
Durante los
años 60 se pusieron en marcha los llamados Planes
de Desarrollo y los niveles de crecimiento fueron muy altos, cimentados en el crecimiento de sectores como la construcción o el automóvil. Sin embargo, surgieron
problemas derivados de la polarización geográfica del crecimiento industrial en las zonas ya
industrializadas: Madrid, Barcelona o el País Vasco. Tratando de contrarrestar
tal situación se crearon los polos de
desarrollo, que trataban de estimular el desarrollo de otras zonas
(Sevilla, Vigo, Zaragoza, Huelva, Valladolid) y que solo funcionaron en parte.
A principios de los años 70, España se había convertido en un país industrializado:
A principios de los años 70, España se había convertido en un país industrializado:
- El sector agrario pierde peso y la industria y los servicios se convierten en la
base de la economía.
- La industria española se diversifica, con nuevos sectores al margen del textil o la
metalurgia: química, naval, agroalimentaria, automovilística, etc.
- Desarrollo de las infraestructuras de comunicaciones y transporte (aeropuerto, carreteras,
ferrocarriles, etc.).
- Aumento del consumo de energía por los hogares y la industria. Este será un grave
problema, debido a la dependencia energética del país.
- España se convierte en un país urbano. El desarrollo industrial se centró en las ciudades lo
que produjo un fuerte éxodo rural.
3. CRISIS Y RECONVERSIÓN INDUSTRIAL (1975-85)
La crisis industrial, que afectó a todos
los países industrializados a partir de 1975, incidió especialmente en la
industria española debido a sus debilidades estructurales. Entre las causas de la crisis están las siguientes:
Causas externas:
- Subida del precio de la energía (petróleo) y las materias primas.
- Cambios derivados de la tercera revolución
industrial: en la
tecnología (surge la microelectrónica, la informática o las
telecomunicaciones), en los sectores industriales (desarrollo de nuevos
sectores como la aeronáutica) o en los sistemas de producción (más flexibles,
frente a las grandes fábricas con sistema fordista).
- Diversificación de la demanda (nuevos productos, de más calidad y con más diseño),
a la que hay que adaptarse.
- Proceso de globalización de la economía y
surgimiento de nuevos países industriales en Asia, que compiten en sectores
tradicionales (textil, naval o metalúrgico), con mano de obra más barata y
precios más competitivos. Se inicia un proceso de deslocalización industrial hacia esas zonas.
- Este proceso
de deslocalización y la crisis general provoca una reducción de las inversiones extranjeras en nuestro país.
Causas internas:
- Con el desarrollo
del país aumentaron los costes laborales
(salarios, seguridad social, impuestos, etc.) lo que desvió el capital
extranjero hacia otros países.
- Deficiencias de la estructura industrial española: escasa tecnología, especialización en sectores
tradicionales que consumían mucha energía (los más afectados por la crisis),
elevada dependencia energética del exterior.
Consecuencias:
- Incremento del paro (pasa del 1,1% en 1970 al 22% en 1985), bajada del
consumo interno, problemas sociales.
- Crisis fuerte de los sectores tradicionales, que demandaban mano de obra abundante y grandes
cantidades de energía (metalurgia, naval, textil, etc.). Por ello, la crisis afectó especialmente a zonas como la
cornisa cantábrica o Cataluña.
El petrolero Afran Odissey en los astilleros ferrolanos de Atano. 1975. Fuente: astanofene.blogspot.com.es |
La respuesta a
tal situación fue la puesta en marcha de una política de reconversión industrial, comprendida como un conjunto
de medidas políticas y económicas encaminadas a realizar un ajuste,
modernización y mejora del sistema productivo industrial. Las medidas puestas
en marcha fueron de tipo financiero (subvenciones, créditos), fiscal
(deducciones fiscales) y laboral (jubilaciones anticipadas, fondos de formación
de empleo, etc.). El proceso de
reconversión industrial conllevó dos tipos de acciones: reconvertir la
industria más afectada por la crisis y reindustrializar las zonas que más
industria habían perdido.
- Había que reconvertir la industria más afectada por
la crisis, reformándola para adaptarla
a las nuevas condiciones y hacerla competitiva: ajuste de la oferta a la
demanda (reduciendo la producción y especializándose en los productos con más
demanda), saneamiento financiero de las empresas, reducción de las plantillas
de trabajadores, modernización tecnológica y aplicación de nuevos sistemas de
organización y gestión.
Afectó sobre
todo a sectores como la siderurgia de
Asturias o el País Vasco. Algunos
altos hornos se cierran, en otros se reduce la plantilla. Se introdujo nueva
tecnología y mejoró la productividad, pero surgió una fuerte crisis social
(paro) en esas zonas. La competencia asiática obligó a renovar los astilleros, la mayoría públicos, con
más de 15.000 empleos perdidos en los astilleros de la cornisa cantábrica y
Cádiz. La renovación tecnológica en el
textil supuso la pérdida de 180.000 empleos entre 1975 y 1983, afectando a
la zona valenciana y catalana.
- Por otro lado, se trató de reindustrializar las zonas más afectadas por la reconversión, potenciando la modernización tecnológica de las empresas y diversificando la industria con nuevos sectores como la industria punta. Con estos objetivos se crearon, a partir de 1983, Zonas de Urgente Industrialización o ZUR (afectaron a la cornisa cantábrica, Barcelona, Madrid o Cádiz), que atraían inversiones con la concesión de ayudas financieras y fiscales, cesión de suelo para instalaciones, etc. Su influencia resultó limitada y no generó el empleo previsto (el paro se convirtió en un problema nacional).
4. SITUACIÓN ACTUAL DE LA INDUSTRIA ESPAÑOLA
ESPAÑA se encuentra entre las primeras potencias
industriales del mundo.
Hasta principios del siglo XXI era la novena potencia industrial, aunque el
surgimiento de nuevos países industrializados como la India, Rusia y Brasil, la
han relegado a una posición menos importante. A pesar de todo, hoy está entre
las 15 potencias industriales más importantes, siendo la quinta de la Unión
Europea. Su renta per cápita está en
30.000 dólares (datos del Banco Mundial), el 23º puesto en el ranking mundial.
En el 2015, el 17,1% del PIB español se generaba en
la industria. Si le
unimos el 5,5% de la construcción, tendríamos un 23,6 % del PIB generado en el
sector secundario. En términos de empleo (13,6% de empleo industrial y 5,8% en
la construcción).
Su peso ha ido disminuyendo en las últimas décadas en detrimento del sector servicios (75% del PIB), debido
a la reconversión industrial y al proceso de terciarización de las economías
desarrolladas. A pesar de todo, la
importancia de la industria es mayor de lo que reflejan sus cifras, debido a unos factores: por un lado, la
productividad del trabajo en la
industria es mayor que en los otros sectores, por otro lado, muchas empresas de servicios (ingeniería,
diseño, servicios informáticos, transportes, etc.) dependen de la industria como cliente, finalmente, la industria es el sector que más invierte
en I+D (investigación y desarrollo tecnológico), por lo que es básico para
la modernización económica de un país.
Fuente: cmapspublic3.ihmc.us |
Rasgos básicos de la industria española en la actualidad
La industria
española actual está determinada por el
proceso de globalización, un proceso de integración de la economía mundial,
por el que todos los países están relacionados entre sí e integrados en un
sistema económico global de libre mercado y grandes dimensiones. Este proceso
está determinado por la reducción de las distancias, gracias al desarrollo de
los transportes y a los medios de comunicación como internet, lo que permite que
se intercambie información, productos, capitales y empleo con total facilidad.
Un ejemplo son las multinacionales,
empresas que reparten su actividad en varios países o los espacios de libre comercio y mercados comunes como la U.E., en
la que se integra España.
Sobre esta base, la situación actual de la industria
española se caracteriza por:
- Como consecuencia de la globalización, la industria española sufre un proceso de deslocalización hacia países con salarios más bajos, menos
controles ambientales y menos impuestos (países del Este de Europa y oriente
asiático).
- Sufre además
la competencia feroz de muchos de los
productos elaborados en dichas zonas, cuyos menores costes suponen también
precios más bajos (algo evidente en el sector naval, el metal, el textil o el
calzado).
- La crisis de principios del siglo XXI ha ahondado en estos problemas al reducir el peso y la demanda interna, hasta ese momento
fundamental, y hundir la demanda de productos industriales del sector de la
construcción.
- A ello hay
que unir la excesiva dependencia
energética, ya que se importa buena parte de la energía que se consume,
especialmente petróleo y gas natural.
- Otro
problema es la dependencia tecnológica
del exterior debido a las escasas
inversiones en investigación y desarrollo, I+D. Como consecuencia, hay que
importar la tecnología, con altos costes, o atraer a multinacionales
extranjeras.
- Dimensión de las empresas poco adecuada: la inmensa mayoría son pequeñas o medianas, y su
pequeño tamaño no permite grandes inversiones en I+D.
- Escasa adaptación de la mano de obra y del sistema
educativo a las demandas empresariales (Formación profesional).
- Estas
carencias se muestran en una balanza
comercial de productos industriales negativa: España importa más de lo que
exporta.
- La
consecuencia principal de esta estructura es una productividad baja y una limitada
competitividad, que consolida a España en una posición semiperiférica en el contexto internacional.
- Aumento de los desequilibrios territoriales con la expansión de la industria punta y el
desarrollo de los parques tecnológicos, que se concentran en las áreas más
dinámicas.
- La integración en la UE ha tenido efectos
positivos y negativos. Por un lado, ha supuesto el fin de las políticas
proteccionistas y ha obligado a suprimir subvenciones a sectores poco competitivos,
ahondando en su crisis; por otro lado, ha introducido una exigente legislación
medioambiental que ha aumentado los costes de las empresas. Sin embargo, la UE
ha tenido influencias positivas sobre sectores más competitivos y abiertos al
exterior como el automóvil ya que se han multiplicado las inversiones
procedentes de países europeos, además la Unión Europea ha destinado
importantes fondos para compensar desequilibrios geográficos y favorecer la
inversión en determinadas zonas.
A pesar de
todo, las perspectivas de futuro son
esperanzadoras. La industria española
vive un continuo proceso de adaptación y remodelación. La crisis del XXI y
el hundimiento del mercado interno, le ha hecho mirar más hacia afuera y buscar
los mercados exteriores, mejorando
su competitividad. Para ello han
bajado los salarios, pero también se ha hecho un esfuerzo en innovación y
diseño, consciente de que la clave está en la originalidad y en la calidad para
competir. Junto a ello, se ha producido un claro proceso de diversificación, que busca adaptarse a
la demanda, del que es un ejemplo el desarrollo de sectores como el
aeronáutico, sectores punta o el agroalimentario.
Principales sectores de la industria española actual
Las
actividades industriales se agrupan en
sectores que se pueden identificar por varios aspectos. Si se tiene en cuenta el destino final de
los bienes producidos, la clasificación más habitual, distinguimos entre:
·
La
industria base ocupan el primer
eslabón en la cadena industrial, pues transforma la materia prima en productos
semielaborados que, a su vez, son empleados como materia prima por otras
industrias. Un ejemplo es la industria pesada[1]
(industria petroquímica o siderúrgica).
·
La
industria de bienes de equipo fabrica
herramientas y maquinaria que son utilizadas por otras industrias en sus
procesos fabriles y por tanto, necesarias para la transformación de las
materias primas en bienes elaborados o semielaborados.
·
Las
industrias de bienes de uso y consumo
transforman materias con distinto grado de elaboración en bienes que son usados
o consumidos directamente por la población.
Igualmente, los sectores industriales pueden dividirse
considerando sus características generales, de este modo, distinguimos
entre los sectores industriales maduros
o tradicionales, los sectores
dinámicos y los sectores punta.
a) Sectores
tradicionales o maduros
Fueron claves en el proceso de industrialización de
la primera y segunda revolución industrial a lo largo del siglo XIX y XX. Hoy se ven afectados por la competencia de otros
países con mano de obra más barata, la falta de competitividad, los cambios en
la demanda o las exigencias de la política de la UE que obliga a reducir las
subvenciones. Incluye:
- Industria siderurgia. Altos hornos de fundición de metal, generalmente
grandes empresas, que tras la dura reconversión de la década de 1980 y 1990, pervive
sobre todo en Asturias y en menor medida en el País Vasco. Hoy las empresas han reducido su tamaño, se han
modernizado, privatizado y fusionado con empresas europeas, diversificación de
producción y aumentando la calidad.
- Industria metalúrgica de transformados metálicos que fabrica maquinaria y
herramientas, formada generalmente por pequeñas y medianas empresas que se
localiza en País Vasco o Cataluña.
- Industria de electrodomésticos. En estrecha relación con las anteriores, la competencia feroz extranjera
le ha obligado a una fuerte reconversión, sufriendo además un proceso de deslocalización
continuo hacia otros países con mano de obra más barata. A pesar de todo, en los últimos tiempos, el sector está alcanzando altos niveles de productividad y competitividad, ligado a grandes empresas multinacionales, lo que ha permitido su expansión, así como el aumento de las exportaciones. Esta industria está implantada en el País
Vasco, Cataluña, Madrid y Zaragoza.
- Industria naval. España se convirtió desde los años 60 y gracias a sus
astilleros, en una potencia mundial, con grandes empresas públicas, que se
situaban sobre todo en cornisa cantábrica, Galicia y Cádiz. La reconversión fue
brutal. Hoy las empresas se han privatizado, han reducido tamaño y empleo y se
han modernizado tecnológicamente para ser más competitivas. El sector, a pesar
de todo, vive con grandes dificultades, por la competencia internacional y el
control sobre las ayudas de la UE.
Astilleros de Santander (Astander). Fuente: www.cantabrianegocios.es |
- El sector del textil, cuero y calzado. Tradicionalmente importante, sobre todo en
Valencia y Cataluña, está marcado por el predominio de empresas de pequeño
tamaño. Ha sufrido una crisis brutal debido a la competencia de otros países
con mano de obra más barata. El futuro del sector pasa por la diversificación,
la calidad de los productos y el diseño.
b) Sectores dinámicos
Fuente: www.ebury.es |
Son industrias con buenas perspectivas de futuro, cuyos productos tienen una demanda creciente. Se caracterizan por la innovación
tecnológica y la importancia del capital extranjero, a veces ligado a empresas
multinacionales (un ejemplo es la industria del automóvil). Las empresas multinacionales o transnacionales
son las que no solo realizan sus actividades en el país de origen, sino que
también realizan sus actividades mercantiles o de producción en otros países,
en los que a veces tienen la mayoría de su negocio.
- El sector automovilístico es muy
importante. España es el segundo mayor productor de automóviles de Europa, y uno de los mayores fabricantes del mundo, aunque el sector
está en manos de grandes empresas multinacionales. Fue uno de los grandes
motores de la industrialización de los años 60 y su importancia radica en su
gran capacidad de exportación, en la gran cantidad de empresas pequeñas y auxiliares que
dependen de ellas como proveedoras de componentes, así como en las importantes
inversiones en I+D. Se halla muy distribuida por España, (Madrid, Valencia,
Vigo, Zaragoza, Valladolid, Cataluña, etc.).
Plantas de fabricación de vehículos en España. Fuente: soymotor.com |
Fuente: elaboración propia. |
- El sector químico incluye la petroquímica y química base, asociada a grandes complejos industriales ligados a las refinerías de petróleo (Huelva, Cartagena o Tarragona) y la química de transformación (farmacéutica, pinturas, fertilizantes) con empresas mucho más pequeñas, distribuidas por toda España, aunque concentradas sobre todo en las regiones industriales como el País Vasco, Cataluña o Madrid.
Complejo petroquímico de Tarragona. Fuente: www.diariodelpuerto.com. |
- El sector agroalimentario engloba a las
empresas que transforman los productos agrícolas, ganaderos o pesqueros,
aplicándoles un proceso para su conservación o bien transformándolos para
producir productos de consumo para la alimentación humana o animal, o para ser
utilizados en otros procesos industriales (vinos, embutidos, lácteos, harinas y
galletas, azúcar o conservas y mermeladas). Son importantes en zonas de regadío
(hortalizas y frutas), en zonas de costas como Galicia (conservas) o en la
meseta (galletas). Su expansión está ligada al creciente aumento de la demanda del
mundo urbano. Conviven industrias pequeñas con grandes multinacionales
nacionales o internacionales.
Linea de producción de la empresa Gullón en la villa galletera de Aguilar de Campo (Palencia), donde también se encuentra asentado el grupo galletero Siro. Fuente: www.abc.es. |
c) Sectores de industria punta
La industria
punta incluye a los sectores en plena
expansión y crecimiento, relacionados con la tecnología (microelectrónica e
informática, telemática, automatización, instrumentos de precisión,
biotecnología). Requieren grandes inversiones en tecnología y deben estar a la última en investigación si quieren
ser competitivas. Se sitúa en zonas muy dinámicas, en el entorno de áreas
metropolitanas como Barcelona y Madrid. Entre ellas destacan los llamados parques tecnológicos o científicos,
surgidos siguiendo el ejemplo de Silicon Valley en California (EE.UU.).
Estos espacios
reúnen centros de investigación y empresas de los sectores más innovadores. En
el aspecto urbanístico se ubican en parcelas pequeñas sin necesidades grandes
de espacio, con un entorno paisajístico verde y agradable, con servicios complementarios
(administrativos, telecomunicaciones, centros de reuniones, etc.) y buenas
infraestructuras (accesibilidad) que comunican con la ciudad y el aeropuerto.
Existen en ellos edificios destinados a servir como incubadoras de empresas, es decir, a albergar a empresas
innovadoras durante los primeros años de su desarrollo. Se pretende que sirvan
de locomotora del entrono local atrayendo a otras empresas y difundiendo
innovaciones al entorno.
Los principales parques tecnológicos españoles son Tres Cantos en Madrid, Vallés en Barcelona,
Paterna en Valencia o Zamudio en Vizcaya.
Parque tecnológico de Zamudio en Vizcaya. Fuente: www.channelbiz.es |
Distribución
geográfica de la industria española
La localización industrial en España presenta
fuertes desequilibrios territoriales,
que tienen raíz histórica. Desde la primera revolución industrial, se concentró
en determinadas zonas, algo que con el tiempo se fue agudizando. Hoy esa
tendencia aumenta porque los sectores punta y más dinámicos tienden a
localizarse en las zonas más avanzadas.Esta
desigual distribución de la industria provoca a su vez otros desequilibrios al influir en el reparto de la población sobre el
territorio, de la riqueza y de la dotación de infraestructuras o equipamientos,
así como en el peso político de una región.
a) Áreas
industriales desarrolladas
Incluye
las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona, donde se sufrió la reconversión de los sectores
tradicionales, pero que hoy se consolidan como centros industriales gracias al
desarrollo de los sectores más dinámicos y de la industria punta. Es una
industria muy diversificada y donde se mezclan las PYMES y las grandes
empresas, con grandes multinacionales españolas y extranjeras que han
establecido en estas dos zonas sus sedes sociales. Hoy sus parques tecnológicos
son los más dinámicos. Especial importancia y expansión tienen aquí las coronas industriales de los grandes núcleos
(la zona del Llobregat en Barcelona, el valle del Nervión en Bilbao o el suroeste de
Madrid) que se reconvirtieron y son ahora muy dinámicas.
En esta área podríamos hoy incluir al País Vasco, que tras sufrir un duro proceso de reconversión de la industria tradicional en la que se había especializado, hoy se ha recuperado gracias a la diversificación industrial, la llegada de industria punta y la puesta en marcha de parques tecnológicos como el de Zamudio en Vizcaya.
La Zona Franca de Barcelona es la mayor zona industrial de toda España. Fuente: www.abc.es |
En esta área podríamos hoy incluir al País Vasco, que tras sufrir un duro proceso de reconversión de la industria tradicional en la que se había especializado, hoy se ha recuperado gracias a la diversificación industrial, la llegada de industria punta y la puesta en marcha de parques tecnológicos como el de Zamudio en Vizcaya.
b) Áreas y ejes industriales en expansión
En rojo las zonas industriales de la provincia de Zaragoza. Es visible el peso del corredor del Ebro como eje económico. Fuente: www.enciclopedia-aragonesa.com |
- El eje del
valle del Ebro aprovecha los beneficios geográficos de su situación entre
el País Vasco y Cataluña, y la fácil accesibilidad con la Meseta y Madrid.
- El eje
costero mediterráneo va desde
Girona hasta Murcia y acoge una industria muy diversificada que se beneficia de
la existencia de un potente mercado con altas densidades de población y del
efecto dinamizador del turismo.
Existen
otros ejes secundarios
igualmente dinámicos como los que salen
de Madrid hacia las zonas cercanas de Castilla-La Mancha, es el caso del corredor
de Henares hacia Guadalajara o el
que va hacia Toledo. Igualmente hay
que señalar el que une Burgos con
Valladolid por la autovía, el eje
del Guadalquivir desde Cádiz y Huelva hasta Sevilla y Córdoba, o el eje Ferrol-Vigo en Galicia.
Planta de Renault en Valladolid. La industria del automóvil es uno de los pilares del eje industrial castellano Burgos-Palencia-Valladolid. Fuente: www.Motor3punto0.com |
c) Espacios
industriales en declive
Son
zonas muy especializadas en sectores tradicionales y maduros como la
siderometalurgia o el sector naval, con grandes empresas que sufrieron la reconversión
de fines del XX y que en su caída arrastraron a las pequeñas y medianas
empresas que de ellas dependían. La
bahía de Cádiz, la cornisa cantábrica y Galicia son un ejemplo. El País
Vasco ha salido prácticamente de esta situación de crisis y ha sabido
reconstruir su tejido industrial sobre nuevas bases.
d) Espacios de industrialización escasa
Incluye
extensas zonas del interior de la Península y las islas. En ellas se mezcla la ausencia de tradición
industrial con densidades de población muy bajas y lejanía de los grandes
núcleos urbanos dinámicos. Un ejemplo es Extremadura
o La Mancha (excepto las zonas cercanas a Madrid). Habría que añadir a
estas zonas, Canarias y Baleares,
que hoy viven del sector turístico. La industria es escasa y dominan los
sectores tradicionales con empresas medianas y pequeñas poco competitivas.
Existen también espacios
de industrialización inducida como Aragón,
Castilla y León y Andalucía, que vivieron importantes iniciativas de
promoción industrial desde los años 60 y donde existen ejes dinámicos, que sin
embargo, conviven con zonas rurales totalmente desindustrializadas y a veces
muy despobladas, lo que genera fuertes
desequilibrios territoriales.