BLOG DE JOSÉ ANTONIO DONCEL DOMÍNGUEZ (I.E.S. LUIS CHAMIZO, DON BENITO, BADAJOZ)

sábado, 3 de agosto de 2013

Planos de ciudades. Epílogo. Tipología de planos urbanos V


El casco medieval de la ciudad suiza de Berna en un enclave privilegiado desde el punto de vista defensivo. Una colina elevada rodeada por un meandro del río Aar.







 Diversos planos, múltiples causas  

Las ciudades tienen múltiples formas y contienen los más diversos tipos de planos, cada uno de ellos determinado por múltiples circunstancias y situaciones:
- En algunos casos el tipo de plano se ve determinado por el medio físico en que se sitúa a ciudad. Así ocurre con las ciudades medievales europeas, generalmente estructuradas a partir de un plano irregular por su adaptación a la topografía adversa en que se solían localizar, en enclaves con grandes posibilidades defensivas. 
- En otros casos, resultan decisivas las decisiones políticas o administrativas de las instituciones o estados, como ocurre con las ciudades de nueva creación del siglo XX y XXI, tendentes a planos mucho más organizados y regulares, ortogonales o radiocéntricos. Es el caso de las nuevas capitales de países como Australia -Camberra- y Pakistán -Islamabad-, o las ciudades creadas en la Union Soviética desde el triunfo de la revolución bolchevique. A este grupo pertenecerían también las urbes fundadas por el Imperio Romano y que resultaban el principal eje de su expansión, o las ciudades que los españoles fundaron, también según criterios geométricos, en la América hispana durante la época moderna, entre los siglos XV y XVIII.
- En el tipo de plano influyen igualmente las caracteristicas culturales y religiosas de la población que las habita, en función de las cuales construirán conscientemente un tipo u otro de ciudad. Es así que la ciudad musulmana tradicional, con su trazado denso e irregular, responde a unas formas de vida y unos conceptos culturales y religiosos derivados de la implantación del Islam.
- En ocasiones, determinadas circunstancias históricas explicarían la existencia de un tipo u otro de plano. Así, el plano lineal se desarrolló con frecuencia en ciudades de nueva creación que surgían en torno a vías de comunicación que habían alcanzado gran notoriedad en una época concreta, es el caso de las ciudades españolas que jalonaban el Camino de Santiago durante la Edad Media, o aquellas ciudades surgidas en torno al ferrocarril en el siglo XIX y principios del siglo XX, durante la expansión del hombre blanco por la América anglosajona o Argentina.

Una ciudad, varios planos

En todo caso, las ciudades son realidades vivas y dinámicas que con el tiempo pueden sufrir una modificación en su realidad socioeconómica, cultural, política o incluso geográfica. Cambian así las situaciones e influencias, lo que conlleva cambios importantes en su proceso de expansión. Así, lo más probable es que con el transcurrir del tiempo, en la mayoría de las ciudades convivan diversos tipos de planos. De esta forma, la ciudad puede tener un plano irregular en su casco viejo y desarrollar un plano ortogonal en su parte moderna, mientras algunos de sus barrios se estructuran de forma radiocéntrica. Igualmente una ciudad puede tener un inicial plano lineal, que después puede disiparse en un entramado irregular u ortogonal con los años y con el crecimiento de la ciudad.

En Madrid (España) podemos distinguir diversos tipos de planos.
La imagen satélite nos permite ver la evidente diferencia entre la Valencia (España) más antigua, con su plano irregular, y el ensanche que le rodea con un claro plano ortogonal.
Plano de Marraquech (Marruecos). Resulta evidente el contraste entre la ciudad vieja, con su plano irregular y su denso entramado de calles estrechas y callejones sin salida, y la ciudad moderna, con un plano ortogonal y radiocéntrico, mucho más regularizado y despejado, con sus calles anchas y espacios abiertos.








No hay un plano para cada época

Al contrario de lo que con frecuencia se suele pensar, no hay un tipo de plano más propio de determinadas épocas.  Es verdad que las actuales necesidades de transporte y el desarrollo del tráfico, así como la mayor planificación de los espacios urbanos que de ello se deriva, conlleva la presencia sistemática en las ciudades modernas de un tipo de plano mucho más regularizado, generalmente con una estructura ortogonal o radiocéntrica, con grandes espacios abiertos y amplias avenidas. Sin embargo, eso no significa que los cascos viejos tengan que tener por fuerza un plano mucho más irregular. Esto sería aplicable a las ciudades viejas de origen medieval de Europa o el Islam - y ni siquiera, porque como hemos visto algunas de ellas tienen un plano regular-, pero en ningún caso a las de otras culturas y sociedades. Asi, las ciudades del Imperio Romano eran el resultado de una concienzuda planificación, regularizadas y ortogonales, como también era el caso de la tradicional ciudad china de las dinastías Ming o Qing. Un plano ordenado y ortogonal era también el que se aplicó en la América hispana a la hora de colonizar el continente. Esto permite, para sorpresa de muchos, encontrar imágenes como la inferior: como en otras muchas ciudades latinoamericanas, en la ciudad boliviana de Sucre resulta inconfundible su casco viejo, no por su trazado denso e irregular, sino por su plano en cuadrícula, especialmente ordenado, que contrasta con la parte moderna de la ciudad. 

Esta imagen de Sucre (Bolivia) nos permite distinguir el casco viejo, la ciudad colonial fundada por los españoles en 1538. Las manzanas identicas y cuadradas de la parte inferior resultan inconfundibles y contrastan con la menor regularidad de la ciudad moderna.


En las anteriores entradas de este blog, todas dedicadas al urbanismo, hemos analizado los distintos tipos de planos urbanos existentes, visualizándolos a través de distintos ejemplos, ciudades de todos los continentes que nos permitían su conocimiento. Estas entradas aparecen con la etiqueta "Geografía física. Urbanismo" en la sección de "Temas". Todas ellas las exponemos a continuación con su respectivo enlace para que la consulta, si procede, sea más rápida:

El plano lineal. Tipología de planos urbanos I
El plano radiocéntrico. Tipología de planos urbanos II
El plano ortogonal o en cuadrícula. Tipología de planos urbanos III
El plano irregular. Tipología de planos urbanos IV

Para una posible profundización en los distintos aspectos de la ciudad y sus planos se pueden consultar estas presentaciones:

                             
                                                          Geografía Urbana from Ana Rey

                             
                                       Comentario del Plano Urbano from Isaac Buzo
                              
                                                   Morfologia urbana from copybird
                         
                                            Comentario de planos de ciudades españolas from mmhr

A la hora de comprobar los conocimientos adquiridos, Isaac Buzo nos ofrece una animación que nos conduce por el globo terráqueo parando en determinadas ciudades, cuyos planos nos presenta para que señalemos a qué tipo pertenecen. Cualquiera que haya podido analizar las entradas sobre urbanismo de este blog, antes señaladas, no tendrá ningún problema para resolver positivamente dicho ejercicio:

                    

lunes, 15 de julio de 2013

Plano urbano irregular: Tipología de planos urbanos IV


La "Parte Antigua" de Cáceres es uno de los mejores ejemplos de ciudad medieval de Europa. Mantiene su trazado irregular rodeado por una muralla. En su interior numerosos palacios e iglesias, así como una judería.

El plano irregular

El plano irregular no tiene una forma definida, sino que posee una estructura caótica y anárquica, las calles no siguen un orden previo y se presentan desordenadas, siendo con frecuencia estrechas, sinuosas y retorcidas, generando una percepción del espacio similar a un laberinto. Con frecuencia las calles ni siquiera mantienen una misma anchura a lo largo de su recorrido, variando también la altura de los edificios. Todo ello es consecuencia de la no existencia de una planificación o regulación en el proceso constructivo.
Este plano surgía, bien de forma natural, producto de un crecimiento orgánico, como ocurría en la mayoría de las ciudades medievales de la Europa cristiana, donde el burgo se adaptaba a la topografía existente; o bien como consecuencia de una forma concreta de concebir la sociedad y la vida familiar derivada de unos principios religiosos que marcaban el urbanismo, como ocurre durante el Islam medieval. En aquella época no existían medios de transporte modernos como los vehículos o tranvías que hubieran exigido una planificación de los espacio y una mayor amplitud de las calles, por otra parte la mayoría de las urbes estaban encerradas por una muralla, lo que propiciaba un trazado denso y apelmazado, en el que no había mucho lugar para los lugares abiertos y amplios, al tratarse de aprovechar el espacio al máximo.
En general, en la actualidad este plano irregular pervive en los cascos históricos de la mayoría de las ciudades europeas e islámicas e implica graves inconvenientes para el desenvolvimiento normal de la vida urbana, especialmente para el desarrollo del tráfico, ya que la estrechez de las vías y la ausencia de calles rectas, así como en ocasiones la conservación de la muralla, limita los desplazamientos y ayuda a congestionar la ciudad. Sin embargo, a nivel histórico y cultural, y sobre todo turístico, la conservación de tales ciudades resulta importante.


La ciudad medieval cristiana

No hay un plano específico de la ciudad medieval europea, por el contrario en ella podemos encontrar los tipos más variados. El rasgo unificador de la mayoría de las ciudades medievales -salvo excepciones como las bastidas del sur de Francia- es que son producto de un crecimiento orgánico y no planificado: así la herencia de la anterior urbe romana propició el desarrollo de algunos núcleos con plano ortogonal, que como Florencia o Turín se desarrollaron de forma natural sobre el trazado previo latino; por otro lado, la disposición de la ciudad a partir de una gran vía de comunicación derivaba en el surgimiento de planos lineales como ocurrió en muchas de las ciudades y pueblos del Camino de Santiago; por  último, no era infrecuente el desarrollo de un plano radiocéntrico, el caso de Amsterdam, al disponer la ciudad medieval de edificios y espacios, como la catedral, la plaza o el ayuntamiento, que centralizaban la vida de la ciudad y desde cuya situación central partían de forma improvisada las calles hasta la muralla. Y es precisamente el carácter orgánico y natural del crecimiento urbano, lo que propiciará el predominio del plano irregular en la mayor parte de las ciudades medievales. Estas se adaptaban al emplazamiento físico escogido, generalmente en una posición defensiva que buscaba lugares inexpugnables o de difícil acceso, con una topografía complicada e irregular: colinas y montañas, islas y cabos, cauces de ríos en lugares de confluencias o meandros que permitían su uso como fosos, etc. Estas localizaciones dificultaban su desarrollo y condicionaban su crecimiento, determinando la morfología urbana. A esto habría que añadir la existencia de una muralla que rodeaba el burgo y que reducía el espacio para la expansión urbana.
La ciudad se veía además constreñida por una muralla que rodeaba el burgo. En el interior sin embargo, había edificios a partir de los que se organizaba la ciudad, la catedral como edificio religioso, o el palacio municipal como edificio de la autoridad civil. En torno a ellos surgía la plaza que era utilizada para el desarrollo del mercado. La preeminencia de esos edificios, que destacaban en altura y tamaño y que solían ocupar una situación  céntrica, arteriaba una ciudad, que solía conformarse como un todo homogéneo, con sus callejuelas estrechas y retorcidas, construidas para circular a pie, con sus edificios bajos, aunque con el tiempo se sucedieron las distintas plantas. Muchas de las calles no estaban preparadas para el tráfico aislados, eran calles de pocos metros de ancho repletas de casas y talleres artesanos.

La villa medieval de Feurs (Francia). Miniatura del siglo XV.
La plaza del mercado y el palacio municipal, la catedral y la muralla con el castillo. Presentes todos los componentes del burgo medieval.
El dibujo nos muestra la estructura de la ciudad medieval.

El centro histórico de Siena es considerado la encarnación perfecta de una ciudad medieval. En él destacan la catedral y la torre del Palacio Público, situado en la hermosa Plaza del Campo.
Acerenza, en la Calabria italiana, es un típico enclave medieval. Asentado en una elevación a 800m de altura, se halla encerrado entre el río Bradano y el torrente Fiumarella.

La ciudad islámica

Con la expansión del Islam desde el Atlántico hasta el Indo, los árabes fueron fundando multitud de ciudades, marcadas todas por similares patrones. La mayoría de ellas se ajustaban a un plano irregular, no tanto por la falta de planificación y la tendencia al crecimiento orgánico propio de las ciudades cristianas, sino como producto de los principios religiosos y culturales que regían la nueva sociedad islámica en construcción. En primer lugar, supieron absorber buena parte de la arquitectura de las civilizaciones anteriores del Oriente Medio, como Egipto o Mesopotamia, de forma que los edificios se estructuraban a partir de recintos cerrados hacia los que miraban las construcciones: así ocurre en los palacios, las casas o las mezquitas, edificadas de espaldas al exterior. Además y por influencia religiosa, la sociedad islámica apostaba por el ámbito privado, y la vida familiar y urbana se retraía hacia el interior de esos espacios íntimos y personales. La existencia de sus habitantes transcurría en el interior de sus casas, no en la calle, porque el papel de la casa es central en la ciudad musulmana. Las viviendas solían ser de una sola planta, cerradas por terraza, siendo la ciudad un agregado de casas a las que se podía acceder a través de las calles. Estas eran simples corredores que unían dichos espacios habitables, especialmente estrechos -la regla de Mahoma era de siete pies de ancho-, intrincados, tortuosos y laberínticos, a veces cubiertos, convertidos en simples pasillos que conducen a las residencias, pero que son de difícil acceso y sin personalidad alguna, impidiendo la visión de conjunto y dificultando la orientación. Esta concepción de las calles conllevaba  la proliferación de adarves o callejones sin salida, cuya única misión era el acceso a las viviendas.
De hecho, y como consecuencia, ni siquiera existían espacios públicos abiertos como plazas o jardines, y tan solo el recinto de la mezquitas hacía las veces en este sentido, tocada generalmente por una enorme explanada interior. De hecho, el mismísimo  mercado o bazar se desarrollaba en las estrechas calles, estando a veces cubierto. La sensación de laberinto se acrecentaba porque, al revés que en la ciudad medieval cristiana, no existía un punto central del que partieran las principales calles: había lugares públicos de importancia como la mezquita o los baños, pero no eran determinantes en el desarrollo del trazado urbano.
Por todo ello, la trama urbana resultaba especialmente densa y compacta, rodeada por lo general por una muralla con insignes puertas de acceso, puertas que solían ser especialmente importantes a nivel urbanístico, convertidas en vestíbulos de entrada a la ciudad, que terminaban haciendo las veces de plaza. A un lado la medina, al otro los arrabales, los barrios situados fuera del recinto amurallado.



Estructura de la ciudad medieval islámica.

La ciudad islámica medieval con sus partes y edificios importantes.
Córdoba mantiene en su casco viejo la trama urbana compacta de una
 ciudad islámica, con el gran espacio de la mezquita como contrapunto.
El desorden marca el plano de la ciudad islámica, con las casas hacia
 el interior y la mezquita, con su gran patio, como edificio principal.

(1) TOLEDO  (2) AUGSBURGO (3) CARCASONNE (4) VENECIA (5) FEZ (6) ARGEL 
(7) JERUSALÉN (8) SANÁ (9) LAHORE.







Toledo es la capital de la Comunidad de Castilla-La Mancha y una de las ciudades monumentales más importantes de España. Se convirtió durante el Medievo y la Edad Moderna en una de las principales urbes castellanas, aunque en la actualidad apenas supera los 80.000 habitantes. Su situación estratégica entre el norte y sur peninsular le confirió siempre una especial importancia a nivel militar, comercial o de comunicaciones. Su casco antiguo se sitúa en una zona elevada rodeada por el Tajo en buena parte de su trazado, en lo que es un emplazamiento netamente defensivo. Aunque quedan vestigios de la Toletum romana, que después fue capital del reino visigodo, la Toledo antigua es una ciudad de trazado medieval e islámico que fue conquistada por los musulmanes y después reconquistada por los cristianos. Conocida como la "Ciudad de las Tres Culturas", en ellas coexistieron importantes poblaciones de mozárabes cristianos, musulmanes y judíos, alcanzando su explendor durante el reinado de Carlos V, al ser sede de su corte. A partir del siglo XVII iría perdiendo paulatinamente su relevancia. La ciudad tenía un trazado compacto al desarrollarse dentro de un recinto amurallado del que aún quedan importantes restos. Dentro se desarrollaba una trama cerrada e irregular, con calles estrechas y tortuosas marcadas por el trazado clásico musulmán de corrales, adarves, callejuelas y plazuelas. En él se ven también plazas y avenidas más amplias que corresponden a reformas posteriores, ya de finales de la Edad Moderna y sobre todo del siglo XIX.

Plano del casco histórico de Toledo.
Toledo mantiene el trazado medieval de las calles, denso e irregular.
Toledo se sitúa en un enclave defensivo privilegiado: una zona
 elevada, rodeada casi enteramente por un meandro del río Tajo.

Augsburgo, con sus 265.000 habitantes, es una de las ciudades más pujantes de la industriosa y rica Baviera. La ciudad natal de Bertold Brecht o del padre de Mozart, el músico Leopold Mozart, es además una de las más antiguas de Alemania, fundada por los romanos como Augusta Vindelicorum en la ruta que unía Roma con Germania, la Vía Claudia. Se desarrolló en el Medievo sobre el plano clásico irregular medieval y encontró una enorme expansión urbanística en el siglo XV y XVI, momento en que se convirtió en uno de los principales centros económicos y financieros de Europa. Siguiendo el trazado medieval, que incluía un recinto amurallado del que se conservan algunos restos, florecieron grandes casonas y palacios propios de la gran burguesía floreciente, que incluía a algunos de los mayores banqueros de la época, es el caso de los Welser o los Fugger, los prestamistas del Papa y Carlos V. Especialmente los Fugger hicieron de mecenas en capillas e iglesias, levantaron palacios y promovieron algunas de las ampliaciones realizadas a principios del siglo XVI en la ciudad medieval -como la realizada en el suburbio de San Jacobo-, pero su más destacada aportación fue la construcción con espíritu filantrópico de la Fuggerei, el primer complejo de viviendas sociales construido en Europa. Con calles rectílineas y algunos servicios comunes, se hallaba incrustado en el casco viejo y todavía hoy rompe su irregularidad (ver foto). Todo el esplendor de la ciudad fue desapareciendo en el siglo XVII, especialmente tras la guerra de los Treinta Años, momento en que fue tomada y sitiada por los suecos, lo que supuso una brusca interrupción en su desarrollo urbano.

Plano del casco viejo de Augsburgo.
El Augsburgo medieval mantiene la irregularidad en su trazado urbano.
Vista aérea del casco histórico de la ciudad de Augsburgo.
En el corazón del casco viejo de Augsburgo destaca el Fuggerei,
complejo de viviendas sociales puesta en marcha por los grandes
 banqueros de la época, los Fugger.

La ciudadela de Carcasonne, conocida como La Cité, es uno de los ejemplos de ciudad medieval fortificada mejor conservados de Europa. Situada en una elevación junto al río Aude, la ciudad está rodeada por una doble muralla con más de tres kilómetros de muro, en cuya cara oeste se situa el castillo de los vizcondes de Trencavel, del siglo XII. Sería en el siglo XIII cuando se reforzarían las murallas interiores y se construiría el recinto exterior, lo que hizo de la ciudad un bastión inconquistable, defendido con 52 torres. En su interior se desarrolla una clásica urbe medieval con un trazado irregular de calles estrechas y retorcidas, casas construidas con entramados de maderas y una organización en barrios gremiales, donde destacan dos grandes edificaciones, por un lado el castillo y por otro lado la basilica de Saint-Nazaire. A partir del XVII la ciudad pierde relevancia y sufre un paulatino abandono, cayendo en la ruina, hasta que en la segunda mitad del siglo XIX se realiza una enorme esfuerzo de restauración bajo la dirección de Eúgene Viollet-le-Duc, no exento de errores y controversia. Hoy está inscrita por la UNESCO en su lista de Patrimonio Mundial.

Resulta imponente el perfil amurallado de la ciudad vieja de Carcasonne.
Encerrado en el doble recinto amurallado se desarrolla el entramado urbano
 de Carcasonne. En su interior destacan el castillo y la iglesia de St. Nazaire.
Plano de la ciudad medieval de Carcasonne. En verde el castillo, en rosa la iglesia de St. Nazaire, en amarillo
  y rojo los dos recintos amurallados.

Venecia, con unos 270.000 habitantes, es hoy una de las mayores ciudades industriales del norte de Italia. La ciudad antigua se desarrolla en la llamada laguna de Venecia, una laguna costera salada localizada en el norte del mar Adriático, y se haya repartida entre la gran isla y otras más pequeñas como Burano o Murano. Se llega a ella desde tierra fime a través del Puente de la Libertad, que desemboca en la Piazzale Roma. En el interior de la ciudad no hay vehículos y la ciudad se estructura a partir de callejuelas y sobre todo de más de 150 canales desarrollados a modo de calles, con un trazado sinuoso que hace difícil la orientación del visitante y que nos recuerda un laberinto. Los canales se ven atravesados por más de 400 puentes. El conjunto se estructura entorno al Gran Canal, que a modo de gran avenida serpenteante surca la ciudad. En ellos circulan embarcaciones colectivas que trasladan a los viandantes, son los vaporettos, y todo tipo de embarcaciones, entre las que destacan las tradicionales góndolas, usadas por los turistas. Hoy la Venecia histórica está amordazada por una grave amenaza, las inundaciones que provoca la marea alta durante la primavera y el otoño, y que el gobierno italiano quiere frenar con una proyecto de diques que cerrarían la laguna.

La inconfundible forma de pez de la isla de Venecia.
Venecia es una laberinto de canales organizado a partir del Gran Canal.
El Gran canal, surcado por todo tipo de embarcaciones, es la arteria
 principal de Venecia.

Fez es la tercera ciudad de Marruecos, con una población en torno a los dos millones de habitantes. Su importancia espiritual es enorme, al ser considerada la capital del islam marroquí y el principal centro religioso y cultural del país. Situada en la colinas del Atlas y a orillas del río Uadi, Fez fue históricamente un importante centro religioso y comercial, por el que pasaban las principales rutas comerciales que unían el Mediterráneo con el África subsahariana. La ciudad fue fundada por Idris II en el siglo IX d.c., construyendo la mezquita de Mulai Idris, lugar sagrado del Islam. La ciudad posee también la gran mezquita Qarawiyin, la mayor de África después de la de Casablanca.
La urbe se divide en tres zonas, la Ville Nouvelle o Villa Nueva, construida por los franceses y que es la parte más moderna, Fés el-Jdid, zona nueva, donde se hallaba el Mellah o barrio judío, y la zona antigua o medina, dentro de las murallas, Fés el-Bali, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981. Esta última es considerada como uno de los mayores emplazamientos medievales que existen actualmente, conservando las murallas y las cuatro puertas de acceso. Está constituida por un laberinto de calles estrechas, en su mayoría cerradas al tráfico en lo que es la mayor zona peatonal del mundo, delimitadas por antiguas viviendas, comercios y talleres, en una ciudad con una fuerte actividad artesanal propia de otros tiempos.

Plano de la medina de Fez
La medina de Fez. En el entramado de callejuelas destacan los minaretes de las mezquitas, como la de Qarawiyin, una de las mayores de África.
La imagen aérea nos muestra la trama cerrada caracteristica de las ciudades árabes, con sus viviendas vueltas hacia el interior.

Argel es una ciudad de más de dos millones de habitantes, capital de Argelia y uno de los mayores puertos del norte de África. Fundada sobre las ruinas del viejo puerto romano de Icosium, la vieja Argel fue erigida por los bereberes durante la Edad Media, desarrollándose desde el mar hasta escalar una cercana colina empinada y alcanzando un gran desarrollo urbano durante el siglo XVI y XVII, bajo la influencia turca. En el siglo XIX los franceses la transformaron en una urbe moderna repleta de edificios coloniales y grandes avenidas. Diseñaron un monumental frente marítimo que aisló para siempre la ciudad vieja o casbah quedando  olvidada y aislada por el nuevo Argel, elevada sobre una colina, convertida en un gran islote superpoblado, con una altísima densidad de población. La casbah pervive todavia hoy con sus callejuelas empinadas y estrechas, sus escalinatas y cuestas, sus edificios antiguos y deteriorados en muchos casos, la profusión de antiguas mezquitas y palacios otomanos, todo lo cuál le permitió ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1992.

El plano de la casbah nos muestra una ciudad árabe típica, irregular y caótica, repleta de callejones sin salida.
La casbah quedó encerrada y aislada del mar por el nuevo Argel, moderno y repleto de nuevas y grandes avenidas.
La casbah se alza sobre una colina cercana al mar Mediterráneo.
La casbah de Argel está sembrada de rincones mágicos, repleta de callejones, escalinatas y cuestas.

Jerusalén (al-Quds en árabe) es una ciudad de más de 800.000 habitantes, ocupada hoy ilegalmente por el estado de Israel desde la guerra de 1967, que la ha convertido en su capital. Centro de las disputas históricas entre distintos pueblos y religiones, hoy es un estandarte de la expansión israelí sobre los territorios palestinos. La presión sobre los árabes está conduciendo a una reducción paulatina de la población árabe, asentada en el Jerusalén este, y a un crecimiento intenso de los habitantes judíos. Y es en el corazón del Jerusalén este donde se haya la llamada Ciudad Vieja. Esta es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo y también una de las más importantes a nivel cultural y religioso, al ser considerada sagrada por las tres mayores religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. En un área de apenas un kilómetro cuadrado se hallan lugares sagrados para los tres cultos, el Santo Sepulcro de la religión cristiana en el corazón del barrio cristiano y en la llamada Explanada de las Mezquitas, el Monte del Templo y el Muro de las Lamentaciones, sagrados para la religión judía, y la Cúpula de la Roca y la Mezquita de Al-Aqsa, sacras para la religión musulmana.
El aspecto de la Ciudad Vieja es la de una típico ciudad del Oriente Medio, con sus calles y callejones intrincados y estrechos, abarrotados de gente y bazares. La arquitectura de piedra predominante muestra además una simbiosis de elementos cristianos, musulmanes y judíos, rodeado el conjunto de macizas murallas que se construyeron en 1537, bajo el dominio del sultán turco Suleiman el Magnífico. Con 7 puertas y 34 torres, la Ciudad Vieja se ha dividido tradicionalmente en cuatro barrios, el cristiano en el noroeste, el armenio en el suroeste, el musulmán en el centro y noreste y el judío al sureste.

La ciudad vieja de Jerusalén con sus cuatro barrios. Al este, la Explanada de las Mezquitas.

El laberinto cerrado de la ciudad vieja de Jerusalén contrasta con la inmensidad de la Explanada de las Mezquitas.
Callejón típico de la ciudad vieja de Jerusalén.

Saná es hoy la capital del Yemen unificado y cuenta con una población de 2 millones de personas. La Ciudad Vieja de Saná es uno de los centros históricos mejor conservados del mundo musulmán y ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Situada en una meseta a más de dos mil metros de altura, posee una de las mejores murallas del mundo árabe y conserva todavía la ciudadela al sudeste de la muralla, en una elevación. Mantiene una arquitectura marcada por las típicas viviendas árabes, casas con ventanas pequeñas que buscan intimidad y protegen del clima, algunas con una antigüedad de 400 años. Son características la decoración de las ventanas y los frisos de las paredes, así como la disposición en altura con edificios de 4 o 5 pisos. Todo ello dispuesto en un mar de callejuelas intrincadas que convierten la ciudad en un laberinto, sin un orden concreto, con un plano irregular estructurado en torno a las decenas de mezquitas, cuyas torres dominan la ciudad, y entre las que destaca la Gran Mezquita "Al-jami al Kabir".

Plano de Saná de 1946. Es perceptible el recinto amurallado que rodea el laberinto de la ciudad vieja.
Inconfundible la fisonomía urbana de Saná, con sus elevados edificios bellamente decorados y los minaretes de las omnipresentes mezquitas.
La puerta principal que da acceso a la Ciudad Vieja de Saná.

Lahore es la capital del Punjab pakistaní y cuenta con una población de más de siete millones de personas, lo que la convierte en la segunda ciudad de Pakistán. Es la típica ciudad superpoblada  y caótica del subcontinente indio. Conserva todavía, lejos de la ciudad moderna y colonial la llamada Ciudad Vieja, convertida en un laberínto de callejuelas y calles retorcidas, muchas de las cuales nos llevan lejos de las muchedumbres y el tráfico. Perviven casas de más de doscientos años y en uno de sus extremos está el fuerte de Lahore, construido hace 500 años, y la mezquita de Badshasi, considerada entre las mayores del Islam y la segunda de Pakistán. Construida en 1674 es capaz de albergar 100.000 personas durante el rezo en su explanada de mármol rojo. Durante el imperio mogol la ciudad se hallaba rodeada por una imponente muralla, de la que solo quedan algunas de las puertas de acceso.

Plano de la Ciudad Vieja de Lahore. En el extremo noroeste se halla el fuerte y la mezquita de Badshasi.
La trama densa y laberíntica del plano de la Ciudad Vieja de Lahore.
Junto al fuerte de Lahore y en un extremo de la Ciudad Vieja, se halla la mezquita de Badshasi, una de las más grandes y bellas del mundo.

viernes, 31 de mayo de 2013

Plano urbano ortogonal o en cuadrícula: Tipología de planos de ciudades III


Vista nocturna de la inmensa ciudad de Los Angeles (EE.UU).
Resulta evidente la regularidad de su plano ortogonal.

El plano ortogonal o de cuadricula, también llamado hipodámico o de damero, es un plano regular, marcado por una evidente planificación urbana, lejos generalmente de cualquier evolución espontánea. Se caracteriza por la construcción de una retícula (forma de red) marcada por la existencia de calles rectilíneas y largas que se cruzan perpendicularmente en angulo recto, formando manzanas rectangulares o cuadradas. Es un plano que permite una organización racional de la ciudad, posibilitando una fácil parcelación del suelo en espacios regulares. Aunque favorece la circulación respecto a otro tipo de planos como el irregular, presenta inconvenientes, al dificultar el acceso rápido al centro desde la periferia, lo que fomenta la congestión del tráfico en las horas puntas. Con la intención de mitigar esta desventaja, la regularidad de este tipo de plano se rompe con calles diagonales. Otro inconveniente es la escasa visibilidad que hay en los cruces de las calles y avenidas, lo que se palía en ocasiones recortando las esquinas.
La retícula regularizada y el planeamiento urbanístico del plano ortogonal, con su búsqueda de la simplicidad y la funcionalidad, apareció muy pronto, en las ciudades antiguas de la América hispánica o las primeras civilizaciones del Próximo Oriente. Sin embargo, su mayor uso y proyección se produce en la época clásica, en las sociedades grecolatinas. Muchas colonias griegas del Mediterráneo, especialmente en Italia, siguieron dicho plano, aunque será la obra de Hipódamo de Mileto (de ahí el apelativo de plano hipodámico) la que marque una inflexión en el desarrollo de este tipo de urbanismo. La reforma de la ciudad de Mileto y la construcción de El Pireo, el puerto de Atenas, son sus principales obras. Posteriormente, durante la época helenística, se aplicará sistemáticamente en la fundaciones de nuevas ciudades por todo el imperio. Durante el imperio romano se empleó de forma generalizada este plano en la fundación de nuevas ciudades, convertidas en una estrategia para el control del territorio. Un ejemplo es Itálica o Emérita Augusta en Hispania o Timgad en el norte de África. La urbe romana se estructuraba en torno a dos grandes vías, el cardus (de norte a sur) y el decumanus (de este a oeste), con el forum en el centro. A partir de ahí se tejía una retícula de calles que se cruzaban perpendicularmente.





Plano de la ciudad romana de Barcino (Barcelona).
Recreación por ordenador de la ciudad de Itálica.


En contra de lo comúnmente defendido, el plano ortogonal no se abandonó del todo en la época medieval. Por lo general, las ciudades medievales carecían de planificación y crecían de forma desordenada e irregular en torno a caminos o lugares de especial relevancia, adaptándose al terreno, situadas con frecuencia y por razones defensivas en zonas de difícil topografía. Sin embargo, algunas ciudades de la época se desarrollaron sobre las antiguas urbes romanas y mantuvieron su plano ortogonal, el trazado de las calles y la disposición de las viviendas, incluso muros y cimientos, ese fue el caso especialmente de ciudades italianas como Florencia o Turín. Este tipo de plano se aplicó también durante la Edad Media en la creación de ciudades nuevas, como en el caso de algunas de las bastidas del sur de Francia, fundadas en tierras bajo ocupación de la corona inglesa, en Aquitania. Hablamos de poblaciones como Monpazier o Sainte Foy La Grande.

La ciudad francesa de Sainte Foy La Grande fue fundada en 1255 en
 Aquitania, entonces bajo control de la corona  inglesa.
El plano ortogonal se vería relanzado en siglos posteriores con la aplicación de los principios del urbanismo renacentista, basado en un concepto de ciudad más funcional y racional, fundado sobre la planificación y la geometría. Y sería en la América española donde se aplicarían sistemáticamente los nuevos principios urbanísticos con la fundación por los colonizadores españoles de un sin fin de ciudades con un trazado en cuadrícula. El punto de referencia sería el plano de la ciudad de Santa Fe, surgida a partir del campamento militar que los Reyes Católicos habían construido para la conquista de Granada en 1490. Las normas urbanísticas fueron establecidas por la corona en las Leyes de Indias, especialmente en la época de Felipe II. En las ordenanzas de 1573 se determinan los lugares idóneos para la fundación de una ciudad y se legisla sobre la estructura que deben tener las ciudades, optándose por el trazado geométrico en cuadrícula, se define la forma cuadrada de las manzanas y su tamaño, se señala la orientación o el ancho de las calles en función del clima o los vientos dominantes. Por otro lado, se establecía cuál debía ser la distribución de los espacios abiertos y los edificios más importantes: la Plaza de Armas o Plaza Mayor sería el elemento ordenador del conjunto urbano y en ella se situarían los edificios más significativos, como la catedral o la iglesia, el palacio municipal o las grandes casas de los comerciantes y potentados.
Siguiendo esas leyes, en las Indias occidentales se construyeron cientos de ciudades, como Lima o Cuzco en el Virreinato del Perú, Bogotá, capital del Virreinato de Nueva Granada, o Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata desde el siglo XVIII. Ese fue el caso también de las ciudades construidas en el Virreinato de Nueva España, especialmente en México, entre ellas México, Puebla o Guadalajara. Muchas de esas ciudades conservan hoy su bello casco viejo de origen colonial.

Vista panorámica del casco viejo de Cuzco. En el centro la Plaza
 de Armas con la catedral y la iglesia de la Compañía de Jesús.
Panorámica de la ciudad mexicana de Puebla.
El plano ortogonal fue también el predominante en las ciudades de la América anglosajona, como lo demuestran la mayoría de las urbes estadounidenses, con Nueva York a la cabeza. Todas esas ciudades empezaron a crecer durante el siglo XIX, momento en el que el plano ortogonal se imponía, enriquecido por diagonales por influencia de la jardinería. Se aplicó también y sistemáticamente en muchos de los ensanches y nuevos barrios de las ciudades europeas, que por aquella época vivían una enorme expansión, ligada al desarrollo de la revolución industrial. Este fue el caso de las grandes ciudades españolas, especialmente Madrid y Barcelona (Plan Castro en Madrid o el de Cerdá en Barcelona).
El plano ortogonal o de cuadrícula está en la base del crecimiento urbano presente, muchos de los barrios actuales de las grandes ciudades se realizan sobre esta base. Fue también, durante el siglo XX, el predominante en la construcción de ciudades de nueva creación, hablamos de Islamabad y Chandigarh en Asia, o de aquellas nuevas urbes que se fundaron en la antigua Unión Soviética, ligadas al acelerado proceso de industrialización del país.



Madrid. Al fondo el Retiro. En primer término el Barrio
 de Salamanca, parte importante del ensanche realizado
 en el siglo XIX siguiendo el Plan Castro.
En el caso de España, el plano de ortogonal se utilizó también durante la época contemporánea en la creación de poblaciones de nuevo cuño, fundadas entre finales del siglo XVIII y el siglo XX para repoblar zonas con escasa presencia humana o para explotar los recursos agrarios existentes. Nos referimos, por ejemplo, a las Nuevas Poblaciones creadas en la segunda mitad del siglo XVIII durante el reinado de Carlos III en zonas semidespobladas de Sierra Morena. El intendente de Andalucía, Pablo de Olavide pretendía poblar zonas del llamado Camino de Andalucía, en torno a la Sierra Morena de Jaén, cercana al paso de Despeñaperros, y en la campiña entre Córdoba y Écija. Hablamos de localidades como La Carlota o La Carolina. A mediados del siglo XX, dicho tipo de plano de reticula ortogonal, geométrico y ordenado, vuelve a ser la base urbanística de muchos de las nuevas poblaciones que surgen ligadas a los procesos de colonización agrícolas del franquismo, especialmente importantes en las zonas de regadío puestas en marcha en las décadas de 1950 y 1960. Ese es el caso de los pueblos creados en las vegas del Guadiana a raíz de la puesta en marcha del Plan Badajoz.

Aldeahermosa, municipio de Montizón (Jaén), una de las Nuevas
 Poblaciones creadas durante el reinado de Carlos III en Sierra Morena.

Valdivia es uno de los mayores pueblos de colonización creados
 con el Plan Badajoz. Se funda en 1956 en las Vegas Altas.



(1) BARCELONA (2) TURÍN (3) LE HAVRE (4) MONPAZIER ( 5) TIMGAD (6) LIMA
 (7) MONTEVIDEO (8) NUEVA YORK (9) KINSHASA (10) PINGYAO (11) CHINDAGARH
 (12) ISLAMABAD (13) NORILSK.



Barcelona es hoy la segunda ciudad española y una de las grandes urbes europeas, con un área metropolitana que alcanza los 5 millones de habitantes. A mediados del siglo XIX la ciudad estaba en plena expansión industrial, creciendo con fuerza en población, como muchas otras urbes europeas. La ciudad medieval se vió a partir de entonces sobrepasada y en 1855 se tuvo que preparar un proyecto de ensanche, dirigido por Ildefonso Cerdá. Se estructura en torno al casco viejo y la Barcelona antigua una nueva ciudad totalmente diferente, basada en un plano ortogonal, con calles paralelas al mar y otras perpendiculares a éste, formando una retícula de cuadrados uniforme o manzanas de 113 metros de distancia, con calles de 20 metros de anchura. Los vértices o picos de las manzanas se liman con un chaflán, preveiendo acertadamente la necesidad de ganar visibilidad para la circulación rodada en el futuro: el gran problema del plano ortogonal se veía así solucionado, al menos en parte. La monotonía se veía rota por algunas calles que cruzaban el "damero" en un sentido diagonal, como las avenidas Diagonal y Meridiano, lo que favorecía la rápida comunicación entre el centro y la periferia.

La Barcelona medieval en negro. El ensanche de Cerdá, en marrón,
El crecimiento de la ciudad industrial seguía el plano ortogonal.
Vista satélite del ensanche barcelonés, con su plano de damero.
Las cuadrículas características del plano de Barcelona, con los ángulos
 limados en chaflán. La regularidad se ve rota por  la avenida Diagonal.
Turín es una de las ciudades más grandes de Italia, con una población superior a los 800.000 habitantes, que alcanza los 2,2 millones si consideramos el área metropolitana. Se trata de una importante urbe industrial, sede de la compañía FIAT. El plano ortogonal es el dominante, no solo en la periferia, sino también en el casco viejo. Aunque no es lo habitual, hay ciudades cuya configuración en la época medieval continuó con la tradición romana, manteniendo el trazado ortogonal de las calles propio de ésta. Es lo que ocurre también con otras ciudades italianas como Florencia, en cuyo casco viejo pervive la planta romana. En la Edad Moderna Turín tuvo tres ampliaciones sucesivas (en 1620, 1673 y 1714) y se defendió con una ciudadela y una potente línea de fortificaciones abaluartadas. La ciudad del XVIII llegaba aproximadamente al lugar donde hoy se encuentra el palacio del ayuntamiento, limitada al este por el Palacio Real y la Plaza del Castillo. Desde ésta, una vía que corta diagonalmente el damero, se dirige hacia el Po, correspondiendo a un antiguo camino romano regularizado. La otra diagonal que sale de la misma plaza hacia el oeste es una intervención posterior. La parte situada al este y oeste de la estación central del ferrocarril y de las vías corresponde a las expansiones del siglo XIX. En el caso de esas zonas más modernas, también predomina el plano ortogonal.
Plano del centro de Turín.
Vista de Turín atravesada por el río Po.
La Mole Antonelliana del siglo XIX domina la ciudad de Turín.
Los alpes al fondo, las calles cuadriculadas en primer término.
Le Havre es una ciudad del norte de Francia cuya población ronda los 200.000 habitantes. De tradición marítima, hoy se ha convertido en el segundo puerto del país. Durante la Segunda Guerra Mundial la importancia de su puerto y su especial localización, le confirieron un enorme valor estratégico, por lo que los alemanes tras la ocupación de Francia crearon en la ciudad una importante guarnición. Durante el conflicto, los aliados bombardearon intensamente el puerto, que quedó totalmente arrasado, y el centro urbano, donde fueron destruidos 12.500 inmuebles. Terminada la guerra, la ciudad asolada fue reconstruida entre 1945 y 1964. El proyecto de reconstrucción fue dirigido por el arquitecto Auguste Perret que utilizó para la construcción de los edificios el hormigón y diseñó un plan general de carácter marcadamente ortogonal, con muchos espacios abiertos. La nueva ciudad, que ya poseía un plano con tendencia a la cuadrícula, se veía así mucho más regularizado. En 2005 el centro urbano reconstruido fue declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad.

Le Havre a finales del siglo XVIII.
Le Havre antes de los grandes bombardeos de la guerra (1939).
Le Havre al final de la guerra (1944).
Le Havre tras su reconstrucción (1969).
Proyecto de Perret para la reconstrucción de Le Havre.
Vista aérea del centro urbano de Le Havre en la actualidad.
Monpazier es una pequeña localidad del sur de Francia, situada en Aquitania, cuya población apenas supera los 500 habitantes. Es un bello pueblo señalado con un inconfundible "sello de calidad", considerado entre Les plus beaux villages de France (Los pueblos más bellos de Francia). La mayoría de las ciudades medievales surgía de forma espontánea desarrollándose a partir de un patrón irregular. No fue el caso de ciudades de nueva planta que se fundaron por diversos motivos y que respondían a una planificación. Un ejemplo eran las bastidas, desarrolladas sobre todo en el suroeste francés en la segunda mitad del siglo XIII y primeras décadas del siglo XIV, con la intención de delimitar los dominios del reino de Francia y el de Inglaterra, asentado desde el siglo XII en las tierras de Aquitania. Surgían favorecidas por los señores, que cedían las tierras, para asentar una población que explotara los recursos agrícolas de la zona y desarrollara el comercio. Su estructura era en forma reticular, en forma de red, aunque muchas veces no tenían forma regular, porque se solían adaptar al terreno. Como era habitual en el Medievo, solían estar rodeadas de una muralla y tenía como centro la iglesia y la plaza del mercado, porticada y con galerías. En el caso de Monpazier su carácter ortogonal y regular es muy evidente, con calles perpendiculares que disponían unos espacios edificados rectangulares. La propia ciudad tiene una forma geométrica claramente rectangular.

La plaza del Mercado de Monpazier, con sus casas y arquerías
 góticas, que marcan las galerías denominadas "cornières".
Vista de Monpazier. La ciudad se dispone en una retícula regular de
 calles que se cortan en ángulo recto.
Plano antiguo de la ciudad de Monpazier. La catedral y la plaza del
 mercado son el corazón de la población.
Vista aérea de Monpazier. Es perceptible la estructura geométrica
 ortogonal de una ciudad con forma rectangular.
Timgad es una antigua ciudad romana situada en la actual Argelia, en el norte de África, cerca de la  ciudad de Batna. Sus ruinas muestran una urbe romana muy bien conservada, considerada como un excepcional ejemplo de la planificación urbana romana en cuadrícula. Fundada en el año 100 como colonia militar frente a los bereberes de las montañas, tras su saqueo por vándalos y bereberes fue abandonada y cubierta por las arenas del desierto del Sáhara, entonces en plena expansión. La ciudad tiene una planta cuadrada que le da una forma muy geométrica  y estaba rodeada de una muralla, aunque después creció más allá de sus límites. En su interior se organizó de forma uniforme en manzanas cuadriculadas con un plano ortogonal muy uniforme. Destacaban, como era habitual en las ciudades romanas, dos grandes calles, en este caso delimitadas por columnatas: el decumanus iba de este a oeste, donde terminaba en un arco del triunfo, y el cardus, que iba de norte a sur , cruzándose con el decumanus en el Foro. En el caso de timgad el cardus terminaba al cruzarse con el decumanus y detrás del foro, hacia el sur se hallaba el imponente teatro, aún conservado.

Plano de la ciudad romana de Timgad. 
En primer término, el imponente teatro de Timgad.
La caudrícula casi perfecta de Timgad. Visible el Cardus y el
 Decumanus con su columnas. Al fondo el Foro y el teatro.
El decumanus es una vía principal que en Timgad se haya delimitada
 por columnatas y termina en un impone arco de triunfo.

Lima fue fundada en el territorio del actual Perú, en las proximidades del Océano Pacífico, por los conquistadores españoles. Francisco Pizarro la funda en 1535 con el nombre de Ciudad de los Reyes. Se convirtió en los siglos XVI y XVII en la más importante y refinada metrópoli de la América española, como capital del Virreinato de Perú. Se fundó sobre dos kilómetros cuadrados, con 117 manzanas rectangulares, en lo que es un rígido plano ortogonal o cuadrangular, con calles perpendiculares que formaban 117 manzanas cuadradas y homogéneas. Posteriormente, en el siglo XVII, la ciudad fue amurallada para protegerla de los continuos ataques piratas. En el centro se situaba la Plaza Mayor o de Armas, con los principales edificios religiosos y de gobierno. Seguía los principios establecidos por la corona española para la multitud de ciudades que se fundaron en América, establecidos en las Leyes de Indias y que definían el tipo de vivienda, su disposición, así como el tipo de plano, que debía ser ortogonal. A lo largo de los siglos, los terremotos han afectado mucho al casco urbano y en el siglo XVIII hubieron de ser reconstruidos muchos de sus edificios. Más tarde, a finales del siglo XIX, seria demolida su muralla para favorecer la expansión urbana. A pesar de todo, y de algunos cambios urbanísticos, el casco histórico de Lima mantiene  hoy muchos edificios coloniales de gran valor y su trama urbana intacta, que hoy se conoce, por su plano, como Lima Cuadrada o Damero de Pizarro. Fue declarada patrimonio de la humanidad en 1988.

Plano de Lima en el siglo XVIII. Una muralla protegía la ciudad.
Esta imagen actual muestra la geometría cuadriculada del centro de Lima. 
Plano actual del centro de Lima. Llama la atención la cuadrícula casi
 perfecta del casco viejo,  denominado el "Damero de Pizarro"
Vista del centro de Lima en 1930. En el corazón de la ciudad se sitúa
 la Plaza de Armas dominada por la catedral.

Montevideo es la capital de Uruguay. Con un censo de 1.300.000 habitantes, alcanza los casi dos millones de habitantes en el conjunto de su área metropolitana. Considerada la ciudad con más calidad de vida de América Latina, fue fundada por los españoles en 1726, como respuesta al intento de los portugueses de consolidar definitivamente su control sobre la zona. Se funda entonces la conocida como Ciudad Vieja, nombre dado al casco antiguo de la ciudad, de acuerdo con las Leyes de Indias de los españoles, sobre la base de un plano ortogonal dividido en manzanas regulares y cuadradas. Fue ubicado en una península y se rodeaba de una muralla defensiva. Hoy contiene las construcciones más destacadas de la época colonial. A partir de 1829, con Uruguay ya independiente, fue demolido el recinto fortificado para extender la urbe, surgiendo así la Ciudad Nueva, según un clásico plano ortogonal o de damero con 136 manzanas cuadradas hoy perfectamente conservadas y que hoy corresponderían al llamado Barrio Centro. Ese mismo plano sería dominante en los sucesivos ensanches de la ciudad, que crecería con fuerza a finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX, alimentada por la llegada masiva de inmigrantes europeos, sobre todo italianos y españoles.


Plano de Montevideo en el siglo XVIII. La Ciudad Vieja amurallada.
Plano actual de Montevideo. La Ciudad Vieja ocuparía la península.
Vista del centro de Montevideo. Al norte el puerto.
Manzanas regulares y cuadradas articulan el plano de Montevideo.

Manhattan es el corazón de la ciudad de Nueva York, se trata de una isla alargada situada en la desembocadura del rio Hudson. En su extremo se halla el puerto de Nueva York y el Skyline, con sus enormes rascacielos: allí están el edificio Empire State, el edificio Chrysler, el Rockefeller Center, las antiguas Torres Gemelas, y en medio una imponente zona verde, el Central Park. Manhattan sería uno de los cinco boroughs, distritos metropolitanos de la ciudad. Su población estaría en unos 1,6 millones de habitantes y se halla conectada a los otros distritos de Nueva York, como el Bronx o Queens, a través de puentes o túneles. En Manhattan surgió la ciudad, fundada en el siglo XVII por los holandeses, despegando en su desarrollo con la independencia de Estados Unidos y a principios del siglo XIX, con la revolución industrial. El 22 de marzo de 1811 se aprobaba el plan urbanístico por el que las calles de Nueva York, entonces circunscrito tan solo a Manhattan, formarían una cuadrícula perfecta, el más conocido plano ortogonal del planeta, con once avenidas que recorrerían de norte a sur la isla y que serían cortadas en ángulos rectos por 155 calles que irían de este a oeste. Se pensaba que era el más cómodo a la hora de vivir, moverse y situarse en la ciudad. Las calles estarían separadas entre sí por unos 60 metros y las avenidas por entre 150 y 275 metros. Eso mejoraría el tránsito y también la libre circulación del aire para evitar la propagación de epidemias, algo importante entonces. Tan solo la calle Broadway rompe la regularidad de las cuadrículas, recorriendo el "damero" de forma diagonal. La explicación es que era un antigua vía de acceso a la ciudad que se respetó.

Al fondo el Syline de Nueva York con sus rascacielos, Delante el
rectángulo verde del Central Park, con su enorme lago. Visible
 a lo largo y ancho de la isla el trazado cuadrangular de las calles.
Vista de Manhattan con el Central Park en su centro.
Plano actual de la isla de Manhattan (Nueva York). El plano ortogonal
 solo se haya roto por el carácter diagonal de la Avenida Broadway.

Kinshasa es la actual capital de la República Democrática del Congo y la mayor ciudad de África después de Lagos y El Cairo, superando en la actualidad los 10 millones de habitantes. Como en la mayoría de las ciudades del África negra, su crecimiento es desmesurado, surgiendo enormes suburbios convertidos en barrios miserables que contrastan con los barrios lujosos residenciales y las zonas universitarias. A pesar de todo, y en general, la ciudad se ha visto muy degradada en los últimos veinte años por la descomposición y la situación de guerra civil que ha vivido el país y que aún continua. En este sentido su situación actual contrasta abiertamente con la de la ciudad colonial. Es fundada como Lepoldville en 1881, en la época de la expansión imperialista por África, en honor al rey belga Leopoldo II, y pronto se convirtió en un puerto comercial importante en el río Congo. En 1920 era la capital de la colonia del Congo belga, iniciando un despegue económico y urbano importantísimo. La ciudad colonial se planificó desde el principio sobre un plano ortogonal, buscando la metrópoli una ciudad ordenada y funcional como Inglaterra hizo con la fundación de Nueva Delhi, nueva capital de la India inglesa en sustitución de la congestionada Calcuta. Tras la independencia, se convirtió en un punto de referencia cultural importante para toda África y en 1966 la ciudad era rebautizada como Kinshasa.

La actual Kinshasa mantiene buena parte del entramado urbano de la
 antigua ciudad colonial de Leopoldville, con sus grandes avenidas,
 que se cortan perpendicularente.
Plano de Kinshasa. Es muy marcado el carácter
 geométrico de su trazado urbano.
La imagen satelite nos muestra el trazado en cuadrícula de Kinshasa.
Pingyao es una pequeña ciudad china -no supera los 40.000 habitantes- situada en la provincia de Shanxi, al norte del país. Se encuentra a mitad de camino entre Pekín y Xi'an. La ciudad se fundó en el siglo XIV y se convirtió en el siglo XIX en el gran centro financiero de China. Hoy mantiene buena parte de la arquitectura original de las épocas Ming y Quing y su aspecto y atmósfera es la de tiempos lejanos, siendo una de las ciudades antiguas mejor conservadas del pais. El casco viejo está rodeado por una imponente muralla de 6 kilómetros de longitud y 12 metros de altura, con seis puertas de entrada y unas setenta torres de vigilancia. Un enorme foso rodea el recinto amurallado. La Ciudad Vieja de Pingyao fue declarada  Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997 y su construcción responde al tradicional urbanismo chino, que, como el romano, era geométrico. Una calle principal de norte a sur divide la ciudad en dos zonas, al este y al oeste, estando la torre de la ciudad localizada en el centro. Los templos y principales construcciones se hallan distribuidos ordenadamente en las partes izquierda y derecha de la población.

Ming Qing Jie es la avenida principal de Pingyao. Repleta de tiendas,
 restaurantes y hoteles, suele estar abarrotada  de turistas.
Pingyao conserva la arquitectura tradicional y el  plano ortogonal
  propio de las antiguas ciudades chinas.
Pingyao está rodeada de una imponente muralla. En primer término,
 una de las seis puertas de acceso a su ciudad vieja. 
Plano de la ciudad antigua de Pingyao.

Chandigarh es una ciudad de nueva creación situada al norte de la India. En su origen estaba diseñada para acoger una población de 500.000 habitantes, aunque en la actualidad ronda casi el millón. En el contexto del país, Chandigarh es una ciudad atípica, ni su estructura ni orden son comunes a las otras ciudades indias. Tras la partición de la India y Pakistán en 1947, la región del Punjab quedó dividida entre los dos países. La capital histórica quedó del lado pakistaní y la India crea entonces una nueva capital del Punjab indio, Chandigarh, hoy también la capital del cercano estado de Haryana. El presidente Nehru pretendió con su construcción mostrar el espiritu moderno de la nueva nación india. En 1951 realiza el proyecto uno de los más afamados arquitectos, Le Corbusier. Su diseño se dispone a partir de un plano ortogonal, estructurado sobre grandes sectores rectangulares, que van del 1 al 60, cada uno funcionando como una ciudad independiente, con sus mercados, templos y escuelas, para evitar así grandes desplazamientos de sus habitantes. Cada sector tenía 800 metros de lado por 1.200 metros.

La imagen de satélite nos muestra la retícula ortogonal del plano de la
 ciudad india de Chandigarh.
Plano de Chandigarh. Al lado izquierdo el diseño con la estructura
 geométrica, marcada por su división en grandes sectores rectangulares.
Vista aérea de la ciudad de Chandigarh.

Islamabad, traducida como "ciudad del Islam", es la actual capital de Pakistán. Es una ciudad de nueva creación y tamaño medio que hoy ha alcanzado ya los 800.000 habitantes. Ante la congestión que sufría la gran ciudad pakistaní, karachi, antigua capital y principal puerto del país, el gobierno militar que accede al poder en 1958 decide trasladar el poder político a una nueva ciudad, mucho más moderna, situada al norte y en una zona estratégica, muy cerca de la ciudad hermana de Rawalpindi. La urbe se construyó durante la década de 1960 y en 1967 empezó a funcionar como capital. Islamabad  nacía así como una urbe diferente a las caóticas y superpobladas ciudades pakistaníes: resultaba limpia y moderna, ordenada y funcional. Era una ciudad planificada, construida por el arquitecto Constantino Dioxiadis, que se hallaba dividida en varias grandes zonas o áreas, especializadas por su función, existía así un distrito comercial, otro político y diplomático, una zona educacional, otra industrial, un área de recreo, etc. El plano ortogonal es la base del conjunto, dividido en sectores cuadrangulares de un 1,8 kilómetros de lado, que son autosuficiente en equipamientos comerciales y sociales, cada uno subdividido en subsectores y estos a su vez en otros inferiores. 

Islamabad se estructura a partir de sectores cuadrangulares, en
 un plano de indudable geometrismo.
Enormes avenidas organizan el espacio urbano de Islamabad.

Norilsk está situada en el extremo norte de la Siberia rusa y cuenta con unos 230.000 habitantes. Es una de las más de 800 ciudades que se fundaron en la Unión Soviética desde 1917 hasta 1965. Eran ciudades ligadas a la explotación de los nuevos recursos naturales o al desarrollo de la industria, la punta de lanza de la colonización de Siberia, los Urales o el Extremo Oriente ruso. Todas ellas respondían al tipico urbanismo soviético, con sus luces y sombra, marcado por las construcciones monótonas con el predominio de "cubos" de hormigón, ciudades grises sin diferenciación formal ni diseño arquitectónico, determinadas por una racionalismo extremo e igualitarista, aunque también con buenos sistemas de transporte y grandes espacios abiertos y zonas verdes. En ellas predominaban los planos radiocéntricos o, como en el caso de Norilsk, el ortogonal, buscando siempre la funcionalidad. Lo que hace diferente a Norilsk es por un lado el durísimo clima, ya que es el núcleo urbano más grande al norte del Círculo Polar Ártico; por otro lado el alto grado de contaminación del aire. Su razón de ser, desde su fundación en 1920, fue la puesta en explotación de los recursos mineros de la zona, especialmente rica en níquel. La minería y la industria de procesado del mineral produce enormes emisiones de dióxido de sulfuro, lo que la convierte en una de las diez ciudades más contaminadas del mundo, de hecho, la abundante lluvia ácida conlleva la ausencia de árboles en un radio de 50 kilómetros (ver fotos inferiores).

La monótona geometria del plano ortogonal de Norilsk se acrecienta por
 la ausencia de vegetación en los muchos espacios libres existentes.Al
 fondo el culpable de ello: la industria del níquel.
La ciudad de Norilsk vive atenazada por un durísimo invierno durante
 buena parte del año.