BLOG DE JOSÉ ANTONIO DONCEL DOMÍNGUEZ (I.E.S. LUIS CHAMIZO, DON BENITO, BADAJOZ)

viernes, 23 de diciembre de 2011

Bosques caducifolios en Extremadura: Robledales en Robledillo de Trujillo

Castaños de la Calabaza. Árboles centanarios en el término de Castañar
 de Ibor, en el corazón de la Sierra de las Villuercas.
Extremadura es una tierra de bosques y dehesas, pero el predominio de la vegetación mediterránea, de la que es un ejemplo mundial, deja olvidados auténticas joyas de la naturaleza que sorprenden al visitantes. Y es que en Extremadura también hay bosques caducifolios típicos de zonas más húmedas.
Son bosques de transición entre los bosques oceánicos del norte peninsular y los de clima mediterráneo. Se aferran a las zonas montañosas, donde la sequía es menos severa, las lluvias más abundantes y las temperaturas más bajas, suavizándose la dureza del verano extremeño. La mayoría de nuestros bosques caducifolios son de castaños (Castanea), sobre todo de roble rebollo, también llamado melojo (quercus pyrenaica), y en mucha menor medida de quejigo (Quercus faginea). Son dominantes en las sierras elevadas y lluviosas del norte de la provincia de Cáceres, dentro del Sistema Central, nos referimos a las Sierra de Gredos  y las comarcas de la Vera, el valle del Jerte y el Ambroz, y la Sierra de Gata ya cerca de Portugal. Mas al sur, también en Cáceres, están las montañas de Villuercas y de Montánchez. En la provincia de Badajoz, más meridional y con un carácter menos montañoso, este tipo de bosques son mucho menos abundantes y se concentran en las montañas de Tentudía (roble), ya cerca de Andalucía, o en algunas laderas de umbría en la comarca de la Siberia (quejigo) . Un síntoma de la presencia de estos bosques son los topónimos, así algunos nombres de poblaciones tienen una clara relación con ellos: aparecen topónimos como Castañar de Ibor o Robledollano en Las Villuercas, Rebollar en el valle del Jerte, o el más usual, Robledillo (Robledillo de Gata en la Sierra de Gata, Robledillos de la Vera en Gredos y Robledillo de Trujillo en la Sierra de Montánchez). Las fotos que ahora vemos nos llevan a paisajes que ni los propios extremeños solemos asociar a nuestra tierra, pero que son parte de ella.

Castañar de Hervás (Valle del Ambroz)

Bosque mixto de pinos, castaños y robles en Gata (Sierra de Gata)

Castaños en Segura de Toro (Valle del Ambroz, Cáceres)

Robledales de Valverde de la Vera (Sierra de Gredos, Cáceres)

Robledal en las sierras de Tentudía (Badajoz)

Cultivo de castaños en Navezuelas (Las Villuercas)


En este mapa podemos observar la distribución espacial de las especies caducifolias presentes en Extremadura. Es muy visible el contraste entre la abundancia de este tipo de árboles en la zona de la provincia de Cáceres, más monatañosa, y su casi inexistencia en la provincia de Badajoz.


Observando el mapa, podemos darnos cuenta que los bosques caducifolios están mucho más cerca del entorno de las Vegas Altas, en el que vivimos, de lo que la mayoría solemos pensar. Un ejemplo son los bosques de la Sierra de Montánchez, los robles rebollos se desarrollan a partir de una cota de altura superior a los 600 metros, pero en la umbría pueden extenderse por debajo incluso de los 500 metros, así ocurre en las cercanías de Torre de Santa María. Los castaños son mucho más escasos pero su gran belleza les ha dado un protagonismo especial. Existe una ruta del bosque de castaños en las cercanías del pueblo de Montánchez que nos permite ver un bosque muy bello de esta especie. Una entrada de este blog está dedicada al castaño y en concreto al castañar de Montánchez.

Bosque de Castaños en la sierra de Montánchez

Con todo, la mayor impresión no me la han producido los bosques de Montánchez, bien conocidos y visibles desde la carretera que une Cáceres con Miajadas. Mi sorpresa llega al desviarme desde esta carretera hacia el este, en dirección a Zarza de Montánchez: Al atravesar está población, donde se encuentra la Terrona, la mayor encina de España, y dirigirme  por la carretera en dirección a Robledillo de Trujillo el paisaje se transforma. Es principio de diciembre y el colorido rojizo del otoño me recibe en zonas de altitud baja, fuera incluso de las laderas de la sierra. Y al observar la umbría de las montañas veo enormes manchas rojas tiñendo las laderas. Entonces me doy cuenta de que el toponimo de Robledillo de Trujillo no es solo por unos pocos árboles, como yo presuponía. Por un momento me pareció estar en la Sierra de Gata o en la Vera, pero con montañas de menos de 700 metros detrás y en un pueblo que no llega a 500 metros de altitud. No es habitual que en sierras tan bajas como las de robledillo, cuyo pico más alto es inferior en altitud a la del propio pueblo de Montánchez, los robles se extiendan tan abajo, y mucho menos en zonas de latitud tan meridional. Las actividades ganaderas junto con la omnipresencia del olivo marcan la presencia humana. Si no fuera por la abundancia de pequeñas parcelas (minifunidos) de olivo, y algunos alcornoques en zonas más bajas el predominio del roble rebollo sería absoluto. Nunca pense en un otoño con mayúsculas tan cercano a mi lugar de trabajo y residencia. El roble en seguida desaparece al bajar la altitud de 500 metros y al salir de la umbria. La mejor manera de conocer este paisaje tan especial es realizar la ruta del cerro Molliquero que nos sumerge en un entorno de prados, olivos y bosques de roble. Estas fotos fueron realizadas en dicha ruta, que sale desde el pueblo en dirección a la sierra.



En primer término olivos en viejos cercados de piedra, al fondo la sierra
teñida con el color rojo del otoño en los bosques caducifolios de robles

Los robles van perdiendo sus hojas

La inconfundible hoja del roble rebollo o melojo

El paisaje otoñal de zarzas en primer término y robles detrás

Paisaje otoñal de robles y prados verdes




Los robles se mezclan con los olivares en zonas llanas cercanas a Robledillo


La  belleza del paisaje otoñal se ve favorecida por la pervivencia de antiguos
 muros de piedra


La ruta del cerro Molliquero transcurre por un camino en excelentes condiciones

Algunos alcornoques aislados acompañan a los robles en las zonas más altas


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