La propaganda bolchevique muestra a Lenin limpiando
el mundo de "basura", religiosos, burgueses y monarcas
entre ellos.
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En la noche del 17 de julio de 1918, guardias bolcheviques disparaban sobre la familia real de los Romanov. Con su ejecución se cerraba un nuevo capítulo de la revolución de octubre, iniciada meses antes y que había conducido a los comunistas al poder. Tras la victoria de los bolcheviques se iniciaba una brutal guerra civil que enfrentó al nuevo poder y al conglomerado de fuerzas que se oponían a él. Por todos lados, desde Siberia a Ucrania, anarquistas, mencheviques, socialrevolucionarios y sobre todo los viejos defensores del zarismo, se alzaban en armas contra el nuevo régimen.
En 1613, con Miguel I de Rusia, había accedido al poder la dinastía de los Romanov. En siglos sucesivos se sucedieron monarcas de distinta talla entre los que destacaron algunos como Pedro I el Grande, fundador de San Petersburgo, auténtico artífice de la Rusia moderna. Cuando en 1894 muere Alejandro III, su hijo Nicolás II, que a la postre sería el último Romanov. Era un hombre tímido al que agradaban los deportes y la vida militar, por la que sentía especial devoción: los galones, el honor y el resto de la parafernalia propia del cuerpo le seducían. Buen conocedor de idiomas, especialmente inglés, era tímido y de poco carácter, algo que le sería muy perjudicial en las nuevas situaciones a las que se tendría que enfrentar en el futuro inmediato. No estaba preparado para gobernar un país, carecía de formación política, desconocía las relaciones internacionales y no tenía ni idea de como se gestionaba un enorme imperio. Pronto aparecieron las intrigas en la corte y sus tíos trataron de dominarlo e influenciar en su gobierno. Poco después se casaría con Alix von Hesse, que como zarina y al convertirse a la Iglesia ortodoxa, tomaría el nombre de Alejandra Fyodorovna. Se querían y respetaban. Ella tenía un fuerte carácter y resultaba altiva y arrogante, y le aconsejó tomar las riendas y acabar con las manipulaciones de su entorno. Tuvieron 4 hijas, las grandes duquesas Olga, Tatiana, María y Anastasia, todas seguidas de un año; y al final un anhelado heredero, el zarevich Alexis Nikoláievich, enfermizo y débil, auténtica debilidad del matrimonio. Pero la Rusia del nuevo siglo estaba llena de cambios, vivía el surgimiento de un proceso acelerado de industrialización y urbanización, nuevos grupos sociales e ideologías se extendían y la monarquía absoluta del zar se veía cada día más superada por los nuevos tiempos. Nicolás II, más bien corto de entendederas, fiel a la defensa de la monarquía tradicional como siempre la había conocido y débil de carácter, no supo interpretar los cambios y ver la nueva realidad.
La familia real Romanov: los zares, el zarevich y las grandes duquesas. |
En 1914, durante la Primera Guerra Mundial, Nicolás II volvía a jugar la carta de la guerra, cometiendo un grave error porque el país no estaba preparado para el conflicto. En auxilio de Serbia entró en guerra contra las potencias centrales -primero Austro-Hungría y después Alemania-. Pero sus errores continuaron durante el conflicto y cuando se sucedieron la derrotas, depuso al ministro de la defensa y asumió el mando directo de los ejércitos. La consecuencia era evidente: a partir de ese momento las derrotas le salpicarían directamente, como así fue. Obvió los consejos de sus más allegados porque le gustaba la vida militar, adoraba los uniformes y estaba orgulloso de sus galones de coronel, esa era una oportunidad como ninguna otra de participar en el juego de la guerra de verdad. Pero aún hubo más errores: en la retaguardia, con el zar en el frente, la zarina se convirtió en la máxima autoridad, pero bajo el control del estrafalario Rasputín, un monje místico de fuerte carisma que había conseguido el favor de la reina gracias a sus capacidades para mejorar la enfermedad del zarevich. Rasputín era un perturbado y la zarina no era una persona querida por las masas, lejana y clasista, no tenía nada que ver con su pueblo. En medio de esa situación, se suceden desde principios de 1917 los motines, las manifestaciones y las huelgas obreras. Estalla la revolución en febrero y el zar abdica en su hermano menor, el Gran duque Miguel, cuyo reinado solo dura 24 horas. El nuevo monarca cede de inmediato el poder a un Gobierno provisional, presidido por Lvov y formado por liberales y socialdemócratas, que pretendía instaurar un régimen liberal y parlamentario.
El zar Nicolás II y su hijo Alexis. |
Los zares y su primogénito Alexis. |
Procesión religiosa con la participación de la familia real. La monarquía y la Iglesia Ortodoxa Rusa estaban íntimamente ligadas. |
Rasputín con la zarina y sus hijos. |
Rasputín |
EL GOBIERNO PROVISIONAL BUSCA UNA SALIDA
La familia imperial es retenida en el palacio Tsarkoye Selo, a las afueras de Petrogrado (San Petersburgo). Una especie de cárcel dorada, una antigua residencia campestre de Catalina la Grande, donde la famlia encuentra reposo y tranquilidad en medio de las enormes convulsiones de la época.
Pero el gobierno provisional, presidido ahora por el socialista Kerensky, quiere quitárselos de encima a toda costa pues pueden ser un foco enormes de problemas, imposibilitando la consolidación del nuevo régimen. Por un lado, son un germen de la contrarrevolución y base sobre la que se podrían reorganizar los defensores del viejo régimen, por otro lado, son objeto de animadversión por los más radicales, especialmente los bolcheviques, que controlan los soviets y para los que también son un símbolo, en este caso a destruir. Es evidente que su presencia solo agudiza las tensiones y altera los ánimos.
Pero el gobierno provisional, presidido ahora por el socialista Kerensky, quiere quitárselos de encima a toda costa pues pueden ser un foco enormes de problemas, imposibilitando la consolidación del nuevo régimen. Por un lado, son un germen de la contrarrevolución y base sobre la que se podrían reorganizar los defensores del viejo régimen, por otro lado, son objeto de animadversión por los más radicales, especialmente los bolcheviques, que controlan los soviets y para los que también son un símbolo, en este caso a destruir. Es evidente que su presencia solo agudiza las tensiones y altera los ánimos.
En dicha situación el gobierno provisional ruso propone a Inglaterra acoger a la familia real. Tal propuesta entraba dentro de lo lógico si teníamos en cuenta los fuertes lazos familiares y afectivos que unían a las dos dinastías. Nicolas II y Jorge V, rey de Inglaterra, eran amigos y primo hermanos, y la zarina era nieta de la reina Victoria. Los Romanov habían estado muchas veces en Inglaterra, donde además habían pasado períodos de vacaciones. El gobierno inglés de Lloyd George no era muy proclive y no amaba a la monarquía rusa, pero había que mimar al nuevo gobierno ruso para que siguiera la guerra con Alemania y pareció proclive a aceptar la situación. Pero la opinión publica inglesa no tenía mucha estima por los autócratas rusos y la izquierda celebraba cada vez más la caida del zar y la revolución. No había duda de que traerlos podía tener repercusiones para Inglaterra y su monarquía. Jorge V y el gobierno británico se echaron finalmente atrás.
Ante las dificultades para enviarlos al extranjero, Kerensky trata de eliminarlos de la escena revolucionaria y conduce a la familia real hasta Siberia. Resulta curioso que el zar termine donde tradicionalmente enviaba a sus adversarios políticos, con frecuencia desterrados a Siberia, como así le ocurrió al propio Lenin. Se les envió a Tobolsk, una ciudad relativamente no muy alejada, en la Siberia occidental más cercana a los Urales. Allí llegaron en agosto de 1917 el zar Nicolás II, la zarina Alejandra, el zarevich Alexis, las cuatro grandes duquesas y un séquito importante formado por un ayudante de campo, un médico, un preceptor, un marinero guardaspaldas del zarevich y varios sirvientes. Fueron instalados en un palacio con todas las comodidades, aunque debieron ser momentos duros para unas personas que habían estado acostumbradas a algo más que el lujo y la comodidad, habían detentado el poder absoluto durante siglos y ahora se veían retenidas contra su voluntad por sus enemigos políticos.
Palacio de Tobolsk donde fue recluído el zar y su famlia. |
El zar y personal de su séquito trabajando en el campo. Tobolsk. |
El zarevich y tres de sus hermanas tomando el sol. Tobolsk. |
El zar y su hijo trabajando durante su estancia en Tobolsk. |
La famillia real tomando el sol. |
Los zares y su hijo. |
Las grandes duquesas Anastasia y Tatiana en Tobolsk. |
El zar y una de sus hijas en Tobolsk. Un guardián detrás. |
LOS BOLCHEVIQUES EN EL PODER. LOS ZARES EJECUTADOS
El zarevich en Tobolsk, convaleciente tras una caída. |
Son entonces encerrados en la casa Ipatiev, una residencia burguesa, en donde pronto se les uniria el resto de la familia. De su vigilancia se encargan milicianos de la Cheka, la policía política bolchevique, que ejecutan al ayudante de campo y al marinero. Por el contrario, el preceptor de origen suizo y otros miembros de la servidumbre son liberados. Con ellos se quedan los más fieles, el doctor Botkin, el cocinero, la doncella de la zarina y un criado de confianza del zar.
Casa Ipatiev en Ekaterinburg. Allí condujeron los bolcheviques a la familia real, allí vivieron sus últimos días y fueron ejecutados. |
En julio el desenlace se acerca, miembros del Soviet de los Urales viajan a Moscú asustados por la proximidad de la legión checoslovaca, entonces del lado de los ejércitos blancos zaristas. Estos avanzaban desde Siberia con rapidez y se acercaban peligrosamente a Ekaterimburgo, por lo que Lenin y Sverdlov, responsable de interior, tras consultar al Soviet Central, deciden ejecutar a los Romanov. Convergen varias razones, era evidente que los blancos podían rescatar al zar y eso sería terrible para la revolución, en segundo lugar, mantener con vida a los miembros de la familia imperial era dejarles un estandarte viviente a los blancos, como afirmaría más tarde Trotsky en sus Diarios.
El segundo jefe de la Cheka de los Urales, Yakov Yurosky, era el responsable de la custodia de la casa Ypatiev y él mismo se encargará posteriormente de la ejecución. El 17 de julio de 1918, con un pelotón de soldados, la mayoría no rusos, letones y húngaros, Yurosky actuará durante la media noche. Despiertan a la familia, les ordenan vestirse y hacer el equipaje como si fueran a ser trasladados. Todo el día se habían oído los disparos cercanos de las tropas blancas. Son todos conducidos al sótano: los zares, los criados, el doctor, las hijas y el zarevich. Algunos hombres se niegan a participar, pero poco después unos doce guardias armados con pistolas y fusiles con bayonetas penetran en la habitación y acribillan a balazos a las once personas. Cada uno tenía un objetivo sobre el que disparar, evitando así mucha sangre y aumentando la rapidez, pero a pesar de todo el zarevich debe ser rematado con un disparo en la cabeza por el propio Yurosky, y una criada sobrevive, siendo perseguida por la habitación y pasada por la bayoneta. Más soprendente es el hecho de que las grandes duquesas no murieran de inmediato, la razón es que llevaban los corsés muy ceñidos y llenos de joyas, por lo que hicieron de chaleco antibalas. Tienen que ser rematadas con bayonetas y machetes.
Los bolcheviques tenían órdenes de no dejar pruebas, pero en un principio las cosas no se hicieron bien. El comisario militar Ermakov se encargó de hacer desaparecer los cuerpos. Se los llevó a las minas de Vert Isetsk, para ocultarlas en un pozo abandonado, pero sus hombres se enborrachan y al saquear los cuerpos descubren las joyas. En esas condiciones lanzan los cuerpos a una sima poco profunda sin tan siquiera utilizar palas.Yurovsky se encarga entonces de la misión y se deshace de los inútiles, pero se equivoca al lanzar unas granadas para derrumbar las rocas sobre los cuerpos, lo único que consiguió es despedazarlos. A la noche siguiente sacará los restos y se los llevará, conciente de que se había extendido el rumor por la zona de su abandono en las minas. El camión se le estropea y decide actuar con ácidos y petróleo para quemar los cuerpos y hacerlos irreconocibles. No es fácil, porque dicho proceso requiere su tiempo. Al zarevich y una gran duquesa los entierra en el bosque y el resto cerca de un puente.
El comunicado que sentencia la vida de los zares quedó para la posteridad:
"Decisión del Presidium del Consejo de Diputados, Obreros, Campesinos y Guardias Rojos de los Urales:
En vista del hecho de que bandas checoslovacas amenazan la capital roja de los Urales, Ekaterimburgo, que el verdugo coronado podía escapar al tribunal del pueblo (un complot de la Guardia Blanca para llevarse a toda la familia imperial acaba de ser descubierto) el Presidium del Comité Divisional, cumpliendo con la voluntad del pueblo, ha decidido que el ex zar Nicolás Romanov, culpable ante el pueblo de innumerables crímenes sangrientos, sea fusilado.
La decisión del Presidium del Comité Divisional se llevó a cabo en la noche entre el 16 y 17 de julio".
El comunicado que sentencia la vida de los zares quedó para la posteridad:
"Decisión del Presidium del Consejo de Diputados, Obreros, Campesinos y Guardias Rojos de los Urales:
En vista del hecho de que bandas checoslovacas amenazan la capital roja de los Urales, Ekaterimburgo, que el verdugo coronado podía escapar al tribunal del pueblo (un complot de la Guardia Blanca para llevarse a toda la familia imperial acaba de ser descubierto) el Presidium del Comité Divisional, cumpliendo con la voluntad del pueblo, ha decidido que el ex zar Nicolás Romanov, culpable ante el pueblo de innumerables crímenes sangrientos, sea fusilado.
La decisión del Presidium del Comité Divisional se llevó a cabo en la noche entre el 16 y 17 de julio".
Yakov Yurosky se encargó de la ejecución de la familia real y la desaparición de los cuerpos. |
Sótano donde fue ejecutada la familia Romanov. |
Recreación pictórica de la muerte del zar y su familia. |
EL MISTERIO DE LA MUERTE Y SU RESOLUCIÓN FINAL
Los responsables de la ejecución no hicieron bien su cometido. La causa fue una mezcla de incompetencia y de premura, por la cercanía de los ejércitos blancos. No debemos olvidar que la guerra civil rusa en esa época era un caos enorme, con frentes nada definidos, con un ejército rojo todavía bastante caótico, con poca disciplina y organización. A pesar de todo, cuando los blancos tomaron Ekaterimburgo -lo mantuvieron durante dos años- realizaron diversas investigaciones, como las que condujeron al juez Sokolov a establecer con precisión lo sucedido, aunque en ningún momento encontró la localización exacta de los cadáveres. Eso permitió el nacimiento de todo tipo de especulaciones, surgiendo leyendas en torno al paradero de los zares y su familia. Para muchos no habían muerto y un montón de farsantes en los años sucesivos pretendieron suplantar al zarevich o a las grandes duquesas. Locos y estafadores buscaron protagonismo o fueron detrás de la enorme fortuna que los Romanov tenían en bancos europeos. La pretendiente más famosa fue la que contribuyó a construir el mito de Anastasia, una mujer conocida como Anna Anderson. Después se supo que se trataba de una obrera polaca, Franziska Schanzkowski, que durante décadas mantuvo su postura y convenció a algunos parientes y antiguos cortesanos de los zares. La leyenda de la princesa viva llegó más tarde a la gran pantalla y alimentó, gracias al cine, la imaginación de generaciones enteras de todo el mundo.
Ekaterimburgo fue reconquistada por los bolcheviques y la guerra civil terminó con el triunfo de éstos. Con la consolidación definitiva del régimen comunista la casa Ipatiev se convirtió en el Museo de la Venganza de los Trabajadores. Después Stalin en 1932 lo cerró y el lugar se destinó a servicios burocráticos del Partido Comunista, hasta que las autoridades soviéticas decidieron destruirlo en 1977. Lo más curioso es que el Secretario General del Partido Comunista en la región, el que ejecutó tal decisión, era entonces Boris Yeltsin, más tarde primer presidente de la nueva Federación de Rusia poscomunista. Por esas fechas un geólogo, alexander Advonin, y su amigo, el escritor y cineasta Geli Ryabov, encontraron los cuerpos de los zares. Habían conseguido el libro del juez Sokolov donde éste dejaba constancia de sus investigaciones y que había sido prohibido en la U.R.S.S., pero además habían podido acceder al documento clave, el informe secreto que de la matanza redactó Yakov Yurovsky para la cúpula del Partido. Gracias a esta información localizaron el enterramiento colectivo en 1979 pero volvieron a enterrar los restos porque no podían hacer público su hallazgo, no en vano, el régimen comunista seguía plenamente vigente.
El mundo de la animación infantil también recurrió al mito de Anastasia (versión animada de la Century Fox). |
El clásico de Hollywood de Anastasia con Ingrid Berman y Yul Brynner. |
Ekaterimburgo fue reconquistada por los bolcheviques y la guerra civil terminó con el triunfo de éstos. Con la consolidación definitiva del régimen comunista la casa Ipatiev se convirtió en el Museo de la Venganza de los Trabajadores. Después Stalin en 1932 lo cerró y el lugar se destinó a servicios burocráticos del Partido Comunista, hasta que las autoridades soviéticas decidieron destruirlo en 1977. Lo más curioso es que el Secretario General del Partido Comunista en la región, el que ejecutó tal decisión, era entonces Boris Yeltsin, más tarde primer presidente de la nueva Federación de Rusia poscomunista. Por esas fechas un geólogo, alexander Advonin, y su amigo, el escritor y cineasta Geli Ryabov, encontraron los cuerpos de los zares. Habían conseguido el libro del juez Sokolov donde éste dejaba constancia de sus investigaciones y que había sido prohibido en la U.R.S.S., pero además habían podido acceder al documento clave, el informe secreto que de la matanza redactó Yakov Yurovsky para la cúpula del Partido. Gracias a esta información localizaron el enterramiento colectivo en 1979 pero volvieron a enterrar los restos porque no podían hacer público su hallazgo, no en vano, el régimen comunista seguía plenamente vigente.
Tras la caida de la Unión Soviética, Advonin y Ryabov declaran haber localizado los restos. Rusia recuperaba entonces su historia, su bandera, y reaparecía con fuerza la Iglesia Ortodoxa. En 1991, con Boris Yeltsin en el poder como Presidente de la nueva Federación Rusa, se creaba una comisión y se exhumaban los cadáveres. Se efectuan entonces, todo tipo de pruebas, incluidas la de ADN, e intervienen laboratorios de Estados Unidos y el Reino Unido que certifican que los restos son los del zar, la zarina, tres de las hijas y sus sirvientes. Faltan los cuerpos de la gran duquesa Maria y del zarevich Alexis.
Cráneos de la familia Romanov |
Se realizaron con todo el boato unos funerales de Estado, aunque la Iglesia Ortodoxa no aceptó en ese momento los hechos y los cuestiona., por eso en la ceremonia celebrada en la catedral de San Petersburgo no se pronuncian sus nombres. Dos años despuès, en agosto del 2000, la Iglesia los da definitivamente por fallecidos y los canoniza como martires de la fe a manos del comunismo: "por su resignación y docilidad frente al martirio". Refrendaba así lo que con anterioridad, en 1981, la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio ya había hecho. Desde 1998 sus restos reposan en la cripta imperial de la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo, en el lugar donde yacen tradicionalmente los zares de Rusia.
En agosto de 2007 se localizan los cadáveres que faltaban y en el mes de abril del 2008 se obtienen pruebas genéticas realizadas por laboratorios americanos que así lo corroboran.
Los zares y su familia convertidos en santos. |
La tumba de la familia real |
En este video podemos ver representados muchos de los detalles más relevantes del final de la familia Romanov:
LA VERDADERA DIMENSIÓN DE LA TRAGEDIA
Hoy es fácil juzgar desde nuestro punto de vista y no hacerlo teniendo en cuenta el contexto hitórico en que se produjeron los acontecimientos. Definir el hecho de la ejecución de la familia Romanov como "una salvajada propia de comunistas sedientos de sangre", algo hoy frecuente, es cuando menos un exceso con fuerte connotación ideológica. Algunos esgrimen que se asesinó también a niños, sin embargo, un primogénito de 14 años, por muy pusilánime que fuera, era a efectos reales ya un hombre, cuando menos un adolescente, desde luego no un niño. La más pequeña de las princesas tenía 17 años. Los criados más fieles pagaron con la vida su lealtad pero el resto fue liberado, salvo los soldados. Se trataba de una brutal guerra civil no de un cuento de hadas. Murieron 3 millones de personas, muchos de hambre, muchos niños. Este capítulo no es ni mucho menos el más trágico de la Revolución Rusa, aunque sea de especial relevancia. En medio de la mayor de las tragedias, del terror casi oriental de aquella guerra, la muerte de esos tiranos, sus hijos adolescentes y sus lacayos, no suponía ningún problema de conciencia para nadie y menos para unos bolcheviques que habían sufrido la represión del viejo régimen en primera persona.
Es verdad que no hubo proceso judicial y que no fueron condenados a muerte por un juez, ni tampoco éste mando su ejecución, pero también que el régimen bolchevique estaba acosado por sus enemigos y en dicho contexto de asedio exterior e interior, no sabía muy bien que hacer con ellos: quitárselos de en medio resultaba lo más lógico en su intento de eliminar iconos y referencias para sus enemigos, y por tanto en su pretensión de ganar la guerra y poder sobrevivir como régimen. No se trataba, pues, de matar por matar como buenos perros de presa.
Durante muchos años la revolución en general, la rusa en particular, gozo de cierto prestigio, y las atrocidades del régimen sovietico staliniano fueron justificadas por muchos. Hoy, en sentido inverso y sin miramientos, se ajustan las cuentas con la historia de la Revolucion Rusa y sus protagonistas, sobre todo, por parte de una corriente de opinión tan conservadora como llena de perjuicios.
Quizás más escandaloso -que no más trágico- que la muerte de los zares en aquel contexto histórico, sería el hecho de que en pleno siglo XXI una iglesia cristiana -la ortodoxa- canonice a semejantes tiranos, aunque curiosamente no a los fieles lacayos que con ellos murieron. El concilio ortodoxo que canonizó a la familia real entera explicaba en el comunicado con el que terminamos, las razones de su canonización. Juzgar vosotros mismos estas palabras, que se refieren, no lo olvidemos, a personas que odiaban la democracia, elitistas y autoritarias, que deportaban a sus enemigos politicos, que condujeron a su pueblo a varias guerras con cientos de miles de muertos, que permitieron la miseria endémica del pueblo ruso:
"El último monarca ortodoxo ruso y los miembros de su familia se nos presentan como personas que buscaron con sinceridad encarnar en su propia vida las profesiones del Evangelio. En los sufrimientos que soportó con paciencia y resignación, la familia del zar desde su detención y su muerte como mártir en Ekaterimburgo (en los Urales), el 17 de julio de 1918, brilla la luz todopoderosa de la fe de Cristo".
"El último monarca ortodoxo ruso y los miembros de su familia se nos presentan como personas que buscaron con sinceridad encarnar en su propia vida las profesiones del Evangelio. En los sufrimientos que soportó con paciencia y resignación, la familia del zar desde su detención y su muerte como mártir en Ekaterimburgo (en los Urales), el 17 de julio de 1918, brilla la luz todopoderosa de la fe de Cristo".
Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otra persona.
ResponderEliminarNadie tiene derecho tampoco a despreciar al prójimo, a humillarlo, a esclavizarlo. Lo que si hay derecho es a no sentir ninguna pena por la muerte de determinadas personas,hablamos de los zares, por las que algunos tenemos derecho a sentir el más profundo de los desprecios. Gracias por tu comentario.
Eliminarapoyo tu cimentario palabras simples pero muy siertas.
EliminarCompletamente de acuerdo, pero el asesinar al Autócrata y a su familia no hizo mejores personas a los bolcheviques que perpetraron el crimen y al régimen que gobernó Rusia hasta 1991. En cualquier caso seguramente la desaparición del zar fue lo mejor para Rusia, a la larga, eso sí.
ResponderEliminary tu crees q eso fue justicia??? si es cierto que por culpa de las malas decisiones del Zar causaron hambruna y una mala vida en el pueblo Ruso pero NADIE TIENE EL DERECHO DE QUITARLE LA VIDA A ALGUIEN, y si bien como tu dices que no eran niños pero si HUMANOS y nadie merece por muy mala persona que fuera de morir asi a sangre fria es algo que yo no comparto, solo imaginate ni siquiera les dieron el derecho de ser juzgados, yo se que va a sonar muy raro pero ponte en el lugar de ellos te imaginas que fuera tu familia la estuviera en su lugar y ser asesinados asi no se pero a mi parecer eso fue ASESINATO INJUSTO no una liberacion del pueblo que les costaba solo desterrarlos si igual no era como que el zar iba a querer volver a ocupar el trono ya que a el no le gustaba la idea porque el mismo dijo que no tenia caracter como para gobernar y para mi eso era mas personal por LENIN (O COMO SE LLAME) porque a el lo mandaron al exilio, bien dicen que la venganza envenena el alma, creo que ya me extendi mucho y pues este es mi punto de vista de esta tragica historia
ResponderEliminarNo he mencionado en ningún caso y de forma explícita que apruebe la ejecución del zar. Solo he mostrado y seguiré mostrando mientras viva mi más profundo desprecio por personas con él, y también he mostrado y seguiré mostrando que no siento en modo alguno pena por la muerte de humanos como él y su familia.
Eliminarlo que pasa que el zarisno fue cruel con el pueblo ruzo.en un ocacion en que el pueblo se aglutino para pedir mejor nivel de vida entre otras cosas y los recibieron a balazos cuando el pueblo estava desarmado.y los zares vivian en la opulencia y la abundancia.no habia mas remedio que desacerse de ellos.hablan de asesinatos no fue mas que un acto de justicia por demas necesario.si vamos a la historia nos daremos cuenta de que es asi.
ResponderEliminarpienso que hubo mucha violencia y maltrato por parte del zar ,pero su familia no tiene la culpa de sus actos es x eso que me parece injusto el asesinato de los familiares,
ResponderEliminarLos Romanov hisieron mucha maldad al pueblo ruso deberiamos leyer la historia para ver si despues nos conpadecemos de ellos.
ResponderEliminarTodo es relativo y depende de todo un contexto politico social en que se produjo el hecho. Pero matar a un asesino o un autocrata o simplemente una mala persona solo por serlo sin derecho a juzgamiento es un hecho igual de condenable que el hecho por el cual se lo juzga y nos pone en la misma situacion de culpabilildad en que se encuentra el condenado. Aqui no solo murio gente que fue responsable de un gobierno que llevo a un pueblo a padecer sino que ademas se mato a toda su desendencia, personas que jamas habian gobernado , que no habian tomado parte en decisioines politicas y por lo tanto se cometio una crueldad e injusticia. Puede o no darnos pena, podemos permanecer inmutables ante semejante barbarie pero no podemos dejar de reconocer que fue un hecho terrible e impiadoso.
ResponderEliminarRealmente profesor usted ha echado luz a esta historia.Es verdad...no es un cuento de hadas,es el resultado de años de opresión al pueblo ruso,no justifico de ninguna forma la matanza,sobre todo si imagino la desesperación que sintieron al morir de tal forma,siempre me apasionó la historia de los Romanov,Gracias por el post,es el mas completo de todos!! saludos!
ResponderEliminarGracias a ti.
EliminarPues como tu lo muestras quiero pensar que si tu llegas a cometer un crimen,
Eliminartu y toda tu familia tendran que pagarlo. disculpame pero asi no es esto, lo que
haya hecho el Zar, no tienen por que pagarlo sus hijos. ahi Lennin cometio un crimen
y lo estara pagando por la eternidad.
como me gustaria que eso mismo pasara pero a qui en méxico con todos los expresidentes
ResponderEliminarEl criterio que hay que tomar es que fue un crimen político, porque convenía al triunfo de la revolución bolchevique, que de otra manera se vería amenazada por la contrarrevolución de los Blancos. Es como el crimen de Julio César a manos de los republicanos, que le quitan la vida para pretender salvar a la república o más recientemente como la ejecución del presidente Libio Khadafi, por quien por cierto nadie protestó. Ese y no otro es el quid del asunto.
ResponderEliminarque culpa tienen los hijos, es un crimen a un asesino lo juzgan y lo condenan no a sus hijos ni a su familia
ResponderEliminarEn la medida que más conozco el pensamiento humano más me arrepiento e haberme hecho psicologo, porque ciertamente menos entiendo al hombre y su manera tan epidermica de emitir criterios. A quien con un grado de humanismo y de sentido común, se le ocurre pensar que es justificable el asesinato de toda una famila por las circunstancias historico-sociales de una época. Todo EL QUE SE HA ESTUDIADO LA REVOLUCION RUSA a profundidad, sabe que Nikolás fue una marioneta en el poder, ya que no contaba con la autonomía y la capacidad para dirigir, pero además, el solo no tomaba las decisiones, era asesorado por otros(sin quitarle el grado de esponsabilidad que le toca). Pero asesinar a su familia?, a esas muchachas y ese jovencito así, tan descarnadamente?. Sinceramente les digo que si como hombre de pueblo tuviera que elegir entre la familia real, y los que los asesinaron, con los ojos cerrados escojo a la familia real, a fin de cuentas todos sabemos de sobra en que terminó el pueblo Ruso en manos de los revolucionarios Volcheviques. Y por humanidad, solo por eso, no estoy de acuerdo ante ningun indicio de violencia de esa magnitud. Por personas asi, tan inmisericordes, como los que opinan a favor de ese crimen, es que en el mundo seguirán ocurriendo hehos tan atroces. En la revolucion franesa lo comprendo por la epoca...pero en pleno siglo 21?...Por favor, un poco e sentido común a la hora de emitir un juicio.
ResponderEliminarYo no voy por los blogs del mundo dando lecciones de humanismo ni mostrando tus dotes de psicólogo con tan manifiesta prepotencia, como tampoco lanzo opiniones de forma epidérmica. Jamás he utilizado la violencia, pero yo, como la inmensa mayoría de la población no soy un pacifista, algo que seguro tampoco eres tú. La mayoría de las personas justifican algún tipo de violencia en defensa de la justicia, del orden o de lo que les de la gana, generalmente la mayoría acepta el monopolio de la violencia del Estado, hasta hace poco en manos de unos pocos, siempre poderosos. Por eso no son pacifistas. Yo justifico la violencia de los débiles y excluidos para luchar por mejorar su vida cuando ya no soportan las condiciones impuestas, generalmente durante siglos, por otros hombres, que nunca conocieron un mínimo sentido de humanidad, que jamás tuvieron compasión. Para mi la violencia no conduce a nada, pero mis niñas no morirían nunca en silencio de hambre, de miseria, sin cultura ni médicos, sin que se oyera a su padre de la manera que fuera. La violencia de las masas miserables no es justificable, es sencillamente comprensible. Y eso no es epidermis. Mi familia pasó hambre durante los años cuarenta, sobrevivieron porque eran fuertes, los débiles morían, en la Extremadura del Latifundio conocieron la incultura, la miseria, la suciedad, y todo ello mientras los terratenientes para los que trabajaban vivían en la opulencia y los humillaban más que a los perros que cuidaban el ganado. No se tu origen, y no me importa, pero yo se la amargura que puede producir tanta miseria, porque me la contaron desde pequeño. Yo jamás hubiera matado a la familia real, como posiblemente tampoco quiso hacer el propio Lenin, aunque las circunstancias política y militares terminaron llevando a la chapuza de la ejecución. Nunca hubiera matado a toda esa familia. Pero en medio del drama de la revolución y la guerra civil, del hambre y la miseria generalizada de aquellos tiempos, de la injusticia reinante, lo que menos me iba a preocupar eran ellos. Me interesan mucho más los millones de rusos que padecieron hambre e injusticias y los cientos de miles de niños que murieron. No parece que esos fueran la preocupación de los humanistas como tú. Tu y yo hablamos lenguajes diferentes, porque tu no sabes lo que es acostarte sin comer y que te humillen desde que naces, yo sí, eso es lo que padecieron mis padres durante décadas. Guárdate tu perorata de clase media con barriga llena y mucho sentido "común"y no contestes a este mensaje, porque esto es un blog no un foro.
Eliminary precisamente por eso es que el mundo es como es... es verdad, no somos pacificistas y creo que nunca lo seremos... debido a ello hacemos la guerra, y sembramos terror y miseria, olvidamos el perdon y el amor, llevamos el mundo hacia la destruccion.... nacemos con el alma podrida y envenenamos nuestro entorno. No hay forma de dialogar con personas que ya llevan el odio dentro de si. Todos somos culpables, no existe la inocencia, ni la pureza de alma. Al final, todo es un absurdo, debido a que el origen de todo es el mismo humano que... "a traves de la guerra, busca la paz" ... la incoherencia de la realidad.
EliminarRespondeme con la Verdad, Jose Antonio Doncel Domínguez, ¿ cuantos han muerto después de la revolución rusa, en manos de los bolcheviques y todo su sequito por el hecho de pensar distinto, desde Lenin hacia abajo, ni que decir de Stalin , ¿serán 1.000.000 de personas ó 5.000.000 ó quizás 10.000.000 la historia dice que fueron mas de 20.000.000? , cuantos mataron ó murieron en la épocas completa del Zarismo desde Ivan IV ( el terrible ) hasta Nicolas II.
ResponderEliminarTe anticipo que esto no es un foro, con lo cual no aceptaré otro comentario tuyo como respuesta. Pero has sido una persona educada y tu comentario se mantendrá y lo contestaré como me pides. Los bolcheviques de Lenin ocuparon el poder e iniciaron una represión muy selectiva, que se volvió mucho más amplia en el marco de la guerra civil, en un contexto de guerra civil, donde en ambos bandos hubo una represión sistemática y brutal. No hubo en los años de Lenin un estado que pretendiera la eliminación sistemática de millones de hombres, sino un contexto brutal de guerra, y por supuesto lo que ellos denominaban "Dictadura del proletariado", en otras palabras no había lo que conocemos como libertades individuales. Había en esa época persecución política y existía la cheka, pero la mayoría de sus crímenes se deben enmarcar, vuelvo a decirlo en el contexto de la guerra civil. La creación de un estado puramente totalitario se produce a partir de Stalin, que elimina todo debate en el partido comunista, instaura el nacionalismo ruso y desarrolla el culto a la personalidad, llevando el miedo al extremo de lo inconcebible. El inicia, lo que jamás hicieron los bolcheviques, que es la colectivización forzosa y la rusificación brutal, así como la mayor matanza de comunistas de la historia, al asesinar a la mayoría de los cuadros medios y altos del antiguo partido y estado comunista, incluidos los oficiales del ejército rojo de la guerra civil (el paradigma son las llamadas purgas de los años 30). Stalin mató a millones de personas, por no ser rusos, por ser kulaks o por no obedecerle, impuso un miedo caprichoso y brutal a la purga, que terminó afectando a la propia nomenklatura que le era fiel (te recomiendo la película recién estrenada "El niño 44". Nunca se sabrá el número total de personas que murieron en el gulag o las deportaciones masivas, pero hablar de veinte millones es abusivo, desde luego 5 millones o más parece probable. Con Stalin el remedio se convirtió en algo mucho peor que la enfermedad. El sueño de una sociedad justa, resultó mucho peor, que la tragedia diaria del campesinado ruso, sometido durante siglos al autoritarismo, la ignorancia, el desprecio y la miseria por parte de una aristocracia nauseabunda al frente de la que estaba un ridículo e incompetente Nicolás, precedido en general por toda una serie de zares muy similares, aunque no tan anacrónicos como él resultaba. Esa es mi verdad.
EliminarAgradezco toda la información que surge de este trabajo. Lo único que quisiera aportar a los comentarios en general es que creo que para emitir cualquier tipo de opinión no se debe perder de vista en qué espacio - tiempo sucedieron las cosas. Siempre estamos atravesados por una multiplicidad de circunstancias de las cuales somos conscientes sólo de unas pocas. Las otras nos atraviesan sin que sepamos por qué o para qué.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Agradezco tu comentario y tu respeto.
EliminarSé que es un foro y te agradezco tu respuesta. Buscaba material sobre Rusia de fines del siglo XIX y comienzos del XX y apareció tu blog. Sigo con mi búsqueda. Gracias una vez más por tus aportes. Son muy valiosos.
EliminarJuzgar a alguien sin ponerse en sus zapatos?
EliminarBien podrías haber estado tu en su lugar.
Nicolas II fue un hombre poco social idealista, humilde y dedicado a su familia, el mismo aseguro no estar preparado para gobernar. Y por eso fue manipulado por terceros,
Lo peor es que fue muy confiado y parece que nunca imagino su destino ni el de su familia.
mediocre para gobernar, por que no fue preparado y asi cualquiera es mediocre.
En una sociedad injusta ya desde bastante tiempo 300 años.
le pasaron el globo a punto de explotar.
Mi respeto a la memoria de esa familia.
Tu respeto por esa familia. El mío no. Que quede claro.
EliminarLa desaparición física del Zar era políticamente irrelevante puesto que su desaparición institucional ya se había producido. La forma de la ejecución es en rigor un acto de muerte bajo tortura más que un fusilamiento con el agravante de los menores de edad presentes. Desde el punto de vista histórico este episodio representa el primer caso documentado de detenidos desaparecidos de la historia del siglo XX. Finalmente comento que el artículo pudo terminar antes de los párrafos finales, con los que el autor se inclina por completo a justificar la matanza y se pone de parte del régimen bolchevique, catástrofe social allí donde las haya, como de hecho entendían una inmensa mayoría de sectores democráticos que formaron el bando contrario durante la guerra civil. Para entender por qué el bando bolchevique logró sacar misteriosamente sus refuerzos económicos y militares cuando estaba exánime hay que consultar otras fuentes documentales. Recomiendo consultar, con todas las prevenciones de objetividad que corresponda, al historiador Joaquín Bochaca.
ResponderEliminarEn efecto, como afirmas, el artículo pudo terminar antes de los párrafos finales, pero no lo hizo. No cambio una coma, ni un punto de ese artículo y tu eres libre de sacar tus consecuencias. Un saludo y gracias por tu aportación.
EliminarQué gusto...un manto de revisionismo es oportuno siempre en estos debates. Wall Street fue el refuerzo económico que menciona. Me sumo a Bochaca y también el mexicano Borrego (regla mnemotécnica: Bor-Boc)
EliminarNo creo en los revisionismos de toda índole, en las confabulaciones de todo índole, en los misterios por descubrir. Gano en la guerra civil rusa aquel que supo mantener la unidad, que creo un ejército disciplinado y eficaz, que controlaba las zonas industriales y los medios de transporte como el tren, y que los supo utilizar, aquel que tenía líderes indiscutibles y capaces, es decir los bolcheviques, y perdieron los que resultaron ineficaces y desorganizados, carecían de líderes de envergadura y a pesar de contar con el apoyo externo, estaban profundamente divididos, siendo una amalgama de opositores que incluía desde prisioneros checos, a cosacos independentistas, zaristas de viejo cuño o anarquistas. Más allá, entramos en el mundo de las especulaciones, ese no es mi mundo.
EliminarEl régimen bolchevique en 72 años asesinó e hizo desaparecer mas personas que el Zarismo en 300 años, no nos olvidemos de el Holodomor y de los múltiples genocidios perpetuados en las republicas soviéticas!!!
ResponderEliminarNo sé que es eso del régimen bolchevique. El estalinismo no es el bolchevismo. No se debe utilizar los términos sin rigor. Stalin es un genocida, y entre sus víctimas están buena parte de los cuadros altos y medios del partido bolchevique. Stalin eliminó a todo ser vivo que pudiera recordarle los principios comunistas que traicionó pronto, eliminó toda oposición política dentro del partido y la sociedad y rusificó sin compasión en todos los territorios de la antigua URSS. Eso no convierte a los Zares en maravillosos reyes de cuento de hadas. Siguen siendo lo que eran y siempre serán: tiranos despreciables y anacrónicos.
ResponderEliminarLa mejor reseña que he leído sobre la historia de la muerte de los Romanov y quiero felicitarte por ello, y en cierta parte comprendo perfectamente lo que dices, la gente moría de hambre y el zar los manda a una guerra que simplemente no podían ganar, también el pueblo estaba indignado con la fuerte influencia que Rasputin ejercía sobre la familia real, todo esto ocasiono la ira del pueblo.
ResponderEliminarSolo como pequeño detalle la película animada de Anastasia no es de Disney, sino de Fox
ResponderEliminarMuchas gracias por tu felicitación y por tu puntualización. Ha sido un error casi infantil. Suelo comprobar las afirmaciones y no dar por hecho nada. Aquí lo he hecho y pido mil perdones. La película la tengo en dvd en casa y la han visto mis hijas muchas veces. En efecto es de la Fox. De nuevo gracias.
EliminarSr Jose Antonio Doncel , no estoy de acuerdo en sus comentarios eso que dice usted que los zares eran tiranos depreciables y anacrónicos. Que vino después de ellos ? angustia, hambre , injusticias , persecución ,una país desvastado por los dementes que lo tomaron . Mi comentario en memoria de Otma QPD...
ResponderEliminarEs evidente que no estoy de acuerdo con usted. Pero es una persona respetuosa y educada, por eso no elimino su comentario.
EliminarOlvide aclararle estimado Sr . Jose Antonio Doncel , que tengo ascendencia Rusa . Saludos.
ResponderEliminarGracias por no eliminar mi comentario. La buena comunicación entre personas puede que sea lo único que salve a la humanidad .Ah , si elimino mi homenaje que hice en memoria de sus asesinatos . Reciba un saludo afectuoso .
ResponderEliminarJosé Antonio Doncel: gracias por tu maciza labor. La recopilación de datos, fechas, lugares y nombres varios, debe de haber sido enorme.
ResponderEliminarGracias por tu convicción de argumentos.
Y gracias por dar, tan educadamente, a quienes han pensado distinto, argumentos que definen y defienden tu postura. Lo has hecho con firmeza, pero con cortesía.
He leído, muy detalladamente, todas las intervenciones y entradas y he llegado a la más absoluta y firme conclusión, de que es lo más fácil juzgar (con benevolencia hacia el zar), con la serenidad y perspectiva que da el tiempo, sobre temas y coyunturas horrorosas que, a Dios gracias, nosotros sólo podemos imaginar.
El teórico de la guerra, en los inicios del siglo XX, el teutón von Clausewitz, decía algo como esto:"algunas almas filantrópicas imaginan que debería existir una forma incruenta de desarmar a un adversario..." La guerra, no es un juego. Se trata de matar o morir. Y en cuanto a nosotros, los seres humanos, tenemos el sentido de defensa y sobrevivencia integrado a nuestro adn, por milenios.
No justifico masacres como la de Iekaterumburgo, pero no podía terminar de otra forma.
Si hablamos en términos de política, Lenin, del que nunca he sido partidario, a pesar de ser el líder, también tenía sus problemas. En el seno del partido bolchevique, ya habían, en ciernes, personas que buscaban hacerlo a un lado y tomar el poder. Trotsky en primer lugar y Stalin a la zaga.
Políticamente, Vladimir Ilich Ulianov, debía legitimar su postura. Ante sus correligionarios, como ante los "rusos blancos".
No olvidemos que Alemania estaba en guerra con Rusia.
Ahora, la pregunta es: "¿qué hago con el lastre?"
Si enviaban al zar y a su familia al exilio, sus detractores no se lo perdonarían ni en mil años.
Alguien, tenía que pagar.
Quizás, Alejandro II, no instauró todos los abusos y arbitrariedades de que fue víctima el pueblo ruso, pero fue su continuador y por ello, millones de rusos murieron de hambre y frío, adultos, niños, bebés, ancianos, de ambos géneros, tan inocentes como los hijos del zar.
Gracias
Renato, desde Chile.
Un abrazo.
Ah...Y deseo agregar, que cuando uno vive en un país, o sociedad, donde existe comercio, televisión, web, medios de transporte, cajeros automáticos, calles pavimentadas, iluminación, servicios higiénicos, ropa limpia, hospitales, peluquerías, áreas verdes, servicio de recolección de basuras, ópticas, ayuda social, ya sea del estado o una "ong", fuerzas armadas, cementerios donde sepultar cristiana, decente y buenamente a tus deudos y...mucho más...bueno, teniendo todo eso, es muy fácil, "arreglarle la vida" a los demás, ya sea que vivan en otras latitudes o que hayan vivido en tristes épocas pretéritas.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Renato, desde Chile.
Gracias a ti por tratar de comprenderme y por leer este blog. Un abrazo
EliminarEl articulo es muy interesante pero realmente me sentí triste al leer los últimos párrafos en donde se trata de enaltecer y cubrir de "honor" la matanza. Ahí no había un "bando bueno" y un "bando malo", había humanos y como humanos los dos lados hicieron cosas horribles y hubo victimas inocentes en los dos bandos. No apruebo de ninguna manera el regimen de los zares, pero tampoco apruebo lo que Lenin empezó. Es como decidir entre el SIDA y en Cáncer, a ver cuál es menos terrible. Es imposible. La maldad, la negligencia y el egoísmo existen en todos los seres humanos, no es patrimonio ni de ricos, ni de pobres, ni de jóvenes ni de viejos. El blog me confirma una máxima: la indiferencia al sufrimiento ajeno solo trae más sufrimiento. La Rusia Imperial fue indiferente al dolor de su pueblo y miren cómo terminó su ultimo zar (y su familia). No me sale ser indiferente al dolor de esa familia o alegrarme de su triste destino...no vaya ser de malas y el karma me regrese lo que deseo a otros.
ResponderEliminarA mi modo de ver al artículo no le sobra nada. Por eso lo escribí así. Yo no me alegro de nada, tampoco me apesadumbra nada. Un saludo.
EliminarYo no denuncio la muerte de ningún tirano, no me duele la muerte de ningún tirano, no me apesadumbra la muerte de ningún tirano. Ni ahora ni nunca. No me cambio ninguna palabra de este artículo. Al que no le gusten que no las lea. Es más, que no lea este blog, que no lo visite, porque probablemente no le aporte nada.
EliminarExcelente blog. Saludos.
ResponderEliminarEstimado, recopilando material para un libro, he dado con su blog. Agradezco el trabajo que se ha tomado en el estudio y el tiempo de escribir -y contestar- a unos y a otros. Sinceramente creo que Nicolas II -y especialmente su familia- fueron las personas equivocadas en momentos equivocados. Quizás el hombre hubiese sido un excelente granjero, cultivando su tierra, serrando arboles y yendo a su casa tras un arduo dia de trabajo. Habiendo leído mucho sobre el tema, estimo que debio haber sido asi. Pero le toco estar donde le toco estar. El problema de las monarquias radica en que son personalistas y no siempre quien esta en la cima desea estarlo. Debio haber cedido el poder en 1916, cuando se veia que las cosas estaban desbarrancando, pero la autocracia no queria ceder el poder divino que durante siglos habia justificado su reinado. He ahi su mayor error, fatal, por cierto.
ResponderEliminarCreo que con "la guerra es la guerra" no se justifican los crimenes que en la guerra (toda guerra) ocurren. Me parece que hay tambien mucho odio y el odio (como el fanatismo) siempre es malo. Ningun hombre tiene derecho a ser ajusticiado sin juicio previo. Hasta los criminales Nazis lo han tenido (y fueron infinitamente mas demoniacos y viles en sus asesinatos). Me parece que no se trata de "justicia" sino de "venganza". Bueno, "a vengarse" pero con el derecho al lado. Hubiera sido mucho menos "desprolijo" someter a Nicolas II a un proceso sumarisimo y declararlo culpable, y sentenciarlo a muerte (aun en una parodia de juicio como le ocurrio a Kolchak) que asesinarlo del modo que ocurrio. Pero hubiera sido mas dificil (con el derecho) matar a su familia. Pregunta: Un hombre tiene derecho a morir por los pecados de sus padres? ¿de sus abuelos? ¿tienen dereho a morir los niños por las maldades de sus padres? Ningun acto justifica esos hechos. Pensar distinto seria negar la Humanidad, con la que tanto solemos llenarnos la boca. Excelente articulo, permitame no coincidir con el cuando prima lo subjetivo sobre la realidad, pero el autor -y lo digo tambien como autor- siempre tiene concesiones. Saludos y gracias por permitir expresarnos a quienes pensamos distinto.
Marcelo de Argentina
Es un placer escuchar tus palabras, aunque no comparta del todo algunas cuestiones. De todos modos, ha de quedar claro que no estoy justificando la ejecución de la familia real rusa, tan solo creo que debe ser justamente contextualizada. Gracias por reconocer mi derecho a mi parcela de subjetividad y gracias por leer y valorar mi trabajo como lo haces. Un saludo muy grande.
EliminarLa muerte se justifica con la vida y si ésta ha sido miserable e invivible, lo mismo puedes matar que morir, depende del grado de locura al que hayas llegado.No justifico como les mataron,ni me gustó su manera de vivir ..pero bien muertos estan.DEP ellos y su familia y todas las víctimas de la opulencia desmedida y sus verdugos.
ResponderEliminarMe ha encantado este blog.
Y una pregunta tonta, trivial....si se me permite.
ResponderEliminarA que edad se presentaba en sociedad a las hijas de los nobles rusos en aquella epoca?? Mas o menos.. .
En verdad, siento no poderte responder a dicha pregunta. Agradezco tu valoración del blog y suscribo tus palabras. Un saludo.
Eliminarel zar alejandro ll fue un zar querido por el pueblo ruso , luego de su muerte en presencia de alejandro lll y el futuro nicolas ll es comprensible que ellos no quisieran correr con la misma suerte y por eso lo radical que llegaron a ser con los temas revolucionarios , es facil tildar de tiranos y crueles pero creo importante intentar entender porque fueron asi , alejandro ll fue menos severo con las revoluciones y libertades de su pueblo , cosa que su hijo y nieto no quisieron por miedo a correr con la misma suerte , cabe aclarar ninguno de los dos se sentia apto para gobernar ,y las derrotas de rusia contra japon y posteriormente en la gran guerra no ayudaron en nada al prestigio de los zares
ResponderEliminarSegún tu reflexión, la autocracia rancia y despótica con la que llegó Rusia al siglo XX tiene plena justificación en el asesinato previo de un zar reformista. No creo que merezca la pena objetar nada a dicha reflexión, ella misma se autodescalifica.
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