BLOG DE JOSÉ ANTONIO DONCEL DOMÍNGUEZ (I.E.S. LUIS CHAMIZO, DON BENITO, BADAJOZ)

sábado, 3 de marzo de 2012

Árboles singulares de Extremadura: "La Terrona".


Extremadura es uno de los máximos exponentes naturales de Europa. La escasa densidad de población y el limitado desarrollo urbano e industrial ha permitido la conservación de grandes espacios naturales casi intactos. En este sentido, nuestra región es uno de los mayores baluartes de la vegetación mediterránea a nivel mundial, no solo por la existencia de espacios propiamente boscosos donde el impacto de la acción humana ha sido menor, sino por la pervivencia de un ecosistema como el de la dehesa, donde la acción humana y las actividades agroganaderas ha coexistido, en un marco natural de encinares y alcornocales, con numerosas especies de fauna salvaje. Ese patrimonio natural de bosques encuentra su máxima expresión en la existencia de determinados árboles que por su tamaño, edad o singularidad adquieren un valor excepcional y destacan sobremanera dentro del conjunto de su especie y que han sido declarados "árboles singulares". Ello implica el hecho de estar sujetos a medidas de protección para su preservación. La mayoría de esos árboles son autóctonos, como ocurre entre otros con las encinas, alcornoques, madroños, olivos, robles o castaños o los escasos representantes de las coníferas autóctonas de la región, tejos y enebros. Sin embargo, hay también especies alóctonas, a veces un tanto exóticas, es el caso de árboles como el ciprés de los pantanos de Fregenal de la Sierra o el Cedro del Atlas de Gata, entre otros.
Hoy tenemos en Extremadura 30 árboles y arboledas sigulares. Los ocho primeros fueron declarados en marzo del 2001, siendo quizás los más significativos y valiosos: Encina La Terrona, encina La Marquesa, alcornoque de la Fresneda, Roble del Acarreadero o del Romanejo, castaños del Temblar, castaño de la Escarpia, enebro de las Mestas y tejos del Cerezal. Todos son árboles autóctonos. En este enlace podemos obtener más información de estos ocho arboles singulares y de los que posteriormente fueron declarados como tal. En esta otra web no solo obtenemos información sobre los árboles sino también un buen mapa informativo sobre su situación.


Alcornoque de la Fresneda en Aldeanueva del Camino
(Valle del Ambroz)

Castaños del Temblar  en Segura de Toro (Valle del Ambroz)

Enebro de las Mestas (Hurdes)

Roble del Acarreadero, entre Cabezabellosa y El Torno (Valle del Jerte).

Encina La Marquesa de Navalmoral de la Mata (Campo Arañuelo).
Dañada por un rayo, años después ha muerto.

La Terrona
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La Terrona es un árbol de gran majestuosidad

La Terrona es una encina (Quercus Ilex) situada en el término municipal de Zarza de Montánchez, en la comarca de Sierra de Montánchez y Tamuja. Tiene una altura de 16,40 metros y un diámetro en la base de 9,42 metros. Tiene un tronco único de 2,17 metros de alto que después se divide en tres grandes ramales a partir de los que se estructura una copa típica de encina de dehesa, baja, ancha y con una forma redondeada que es producto de las sucesivas podas realizadas por el ser humano con el objetivo de obtener recursos de ella (frutos, leña). Se trata del mayor ejemplar de su especie de toda España y probablemente del mundo. Está sano y en buenas condiciones pero debido a su edad, que se estima en 800 años, tiene ciertos problemas como la existencia de un tronco hueco, a lo que habría que añadir los efectos de un fuerte temporal que en 1997 provocó daños en la copa, con la caída de una gran rama del árbol. Desde ese momento se inició un proceso de deterioro que obligó a intervenir a las autoridades, que decidieron ponerle 15 muletas de gran tamaño en el 2008, además de someterla a varias podas para reducir su copa. Un equipo de tres técnicos dirigidos por el biólogo Bernabé Moya así lo decidió después de comprobar los riesgos de un árbol cuya estructura resultaba demasiado frágil, con un tronco demasiado débil y de escasa solidez, que además de hueco estaba agrietado. Otro problema es su crecimiento irregular dependiendo de las zonas. Con las muletas se trataba de aliviar el peso que soportaba el tronco y evitar que se agranden las grietas que en éste habían surgido.



Se pueden ver las enomres muletas que sostienen las ramas de La Terrona
El tamaño del árbol queda fuera de toda duda en esta fotografía.

Esta foto del periódico Extremadura registra el momento en que
la encina es apuntalada con las muletas que hoy sujetan sus ramas.

El acceso a la Terrona se produce desde Zarza de Montánchez, a través de una ruta que conduce hasta Salvatierra de Santiago, bien señalizada y que incluso permite el fácil acceso en vehículo hasta la encina. La explotación típica del suroeste peninsular de la dehesa adquiere un valor paisajistico realmente interesante y bello. El paisaje viene caracterizado por la presencia de unos árboles de gran porte e inusualmente sanos -hay pocas encinas enfermas, al contrario que en otras comarcas- y la cercanía de bosques caducifolios de robles visibles desde el camino en las sierras cercanas -Robledillo de Trujillo-. Otro rasgo de estas dehesas es su dedicación ganadera y la fuerte parcelación de los pastos con un enorme respeto hacia el paisaje, evidenciado por la presencia de muros de piedras generalizados y bien conservados que confieren una indudable belleza al paisaje. En pocos lugares de Extremadura se conservan tales muros de esa manera. 


Pequeñas explotaciones ganaderas salpican el paisaje
Abundan las explotaciones porcinas

Muros de piedra separan las parcelas


Puente romano sobre el río Tamuja

Iglesia de San Miguel Arcángel de Zarza de Montánchez, 
del siglo XVI y XVII, ha sido declarada  Monumento
 Histórico  Artístico.

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