El asalto de Barcelona por las tropas de Felipe V, el 11 de septiembre de 1714, marca el fin de la Guerra de Sucesión Española . |
La llegada de los borbones al poder y el Tratado de Utrecht
En 1700 muere sin descendencia Carlos II, "el hechizado", el último de los Austrias españoles. Al trono hispánico concurren entonces un borbón, Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, y el archiduque Carlos de Austria, heredero del Imperio Alemán. Carlos II había nombrado heredero al primero, que fue proclamado rey en 1701. Se inicia entonces la Guerra de Sucesión al trono de España que adquiere resonancia internacional. La mayoría de las potencias europeas (Inglaterra, Holanda, Austria) se oponen a Felipe, que no había renunciado a sus derechos sobre la corona francesa. Para ellas el hecho de que dos de los grandes reinos de Europa cayeran en las mismas manos era inaceptable. Felipe contaba en España con el apoyo de Castilla, pero con la oposición de los territorios de la corona de Aragón, que habían gozado de una gran autonomía y libertad con los Austrias.
Se produce así una guerra a nivel europeo y otra en España, que al principio resultó desfavorable para Felipe V. Sin embargo, la muerte del emperador alemán alteró la situación, al heredar en 1711 el archiduque Carlos la corona del Imperio Alemán. Si triunfaba en España, el archiduque podía restaurar el imperio de Carlos I y dominar Europa, algo que no interesaba a las otras potencias europeas. Por ello, todas las potencias en guerra estuvieron de acuerdo en la firma del Tratado de Utrecht (1713), que supuso la paz en Europa y el reconocimiento de Felipe V como rey de España. Como contrapartida, España perdía sus territorios europeos (Flandes y los territorios italianos de Sicilia, Napolés y Milán) y cedía Gibraltar y Menorca a Gran Bretaña. Está fue la gran beneficiada del tratado, pues además consiguió enormes ventajas en el comercio con la América española como el derecho de "Asiento de Negros" o el "Navío de permiso".
Felipe V |
En este video se resume muy bien todo el desarrollo de la guerra de Sucesión Española, así como las consecuencias territoriales del Tratado de Utrecht:
El peñón de Gibraltar a principios del siglo XVIII. |
"A British Man of War before the Rock of Gibraltar", obra realizada por Thomas Whitcombe a finales del siglo XVIII. |
La política exterior de los borbones durante el siglo XVIII
Una vez instalados en el trono de España, la política exterior de los borbones, desde Felipe V a sus sucesores Fernando VI y Carlos III, se centró en dos objetivos fundamentales:
- Recuperar parte del poder y los territorios perdidos en Europa tras el Tratado de Utrecht de 1713. Esto lo consiguieron parcialmente cuando los borbones se establecieron en los tronos de Nápoles y Sicilia.
- Defender el Imperio Español en América frente a las pretensiones británicas. España tuvo que enfrentarse a Inglaterra, que pugnaba por abrir las colonias españolas a su comercio y que mantenía un activo contrabando en estos territorios.
Con este objetivo, la política exterior de los borbones durante el siglo XVIII estuvo marcada por la alianza con Francia a través de los llamados Pactos de Familia (los dos primeros durante el reinado de Felipe V y el tercero durante el de Carlos III), llamados así por los lazos familiares que unían a las coronas española y francesa. Tan solo el reinado de Fernando VI estuvo caracterizado por una política de activa neutralidad. Ambos países compartían un enemigo común, Inglaterra y tenían como objetivo frenar la expansión británica y proteger las posesiones americanas. En este contexto España decidió intervenir del lado de Francia en la Guerra de los Siete Años. Esa guerra europea tuvo su frente en América entre Francia e Inglaterra. Francia fue derrotada y perdió entre otros sus territorios en Canadá, España perdió Florida. Después intervendrá en la Guerra de Independecia de las colonias de Estados Unidos, donde apoyaron a los independentistas. España recupera entonces Florida y Menorca, pero Gibraltar quedaba en manos inglesas.
Carlos III |
Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. España apoyo decididamente a los independentistas frente a Gran Bretaña. |
La política exterior a finales del XVIII y los inicios del XIX ( reinado de Carlos IV)
Solo la ejecución de Luis XVI y la revolución francesa logrará romper la amistad franco-española. Carlos IV, recién llegado al trono cuando estalla la revolución, entró en guerra contra la Francia revolucionaria y se convirtió en aliado de Inglaterra y otras potencias frente al nuevo enemigo revolucionario. No obstante, se trató de una breve ruptura, cuando la revolución se moderó mejoraron las relaciones entre los dos países. Carlos IV y su favorito y primer ministro Manuel Godoy -abiertamente profrancés- optaron por la alianza con Francia: Tras la Paz de Basilea (1795) se firma la paz con la nueva república francesa y con el Tratado de San Ildefonso (1796) se hace frente común frente a una Inglaterra que entorpece sistemáticamente el desarrollo del comercio entre España y sus colonias en América.
Cuando Napoléon llega al poder, la alianza con España se refuerza. Bajo el gobierno de Manuel Godoy, en 1801, España declara la guerra a Portugal, aliado de Inglaterra, por su violación del bloqueo comercial a Gran Bretaña, es la guerra de las Naranjas, que siendo corta permite a España quedarse con el enclave de Olivenza y llevar los límites de los dos países en la provincia de Badajoz al río Guadiana.
Mientras, el eterno conflicto naval con Gran Bretaña por el dominio de las rutas y el comercio americano, terminó en desastre con la batalla de Trafalgar (1805). La imprudencia del comandante de la flota aliada franco-española, el vicealmirante Pierre Villeneuve, le llevó a salir del puerto de Cádiz, y la flota inglesa al mando del almirante Nelson la encontró a la altura del cabo Trafalgar. España perdió allí buena parte de su armada, sus mejores marineros y oficiales, incluido sus más experimentados mandos, entre los que estaba el jefe de la flota española, teniente general del mar Federico Gravina. El comercio con América se redujo drásticamente y los mares desde ese momento, a lo largo del siglo XIX, quedarían bajo control inglés.
Cuando Napoléon llega al poder, la alianza con España se refuerza. Bajo el gobierno de Manuel Godoy, en 1801, España declara la guerra a Portugal, aliado de Inglaterra, por su violación del bloqueo comercial a Gran Bretaña, es la guerra de las Naranjas, que siendo corta permite a España quedarse con el enclave de Olivenza y llevar los límites de los dos países en la provincia de Badajoz al río Guadiana.
Mientras, el eterno conflicto naval con Gran Bretaña por el dominio de las rutas y el comercio americano, terminó en desastre con la batalla de Trafalgar (1805). La imprudencia del comandante de la flota aliada franco-española, el vicealmirante Pierre Villeneuve, le llevó a salir del puerto de Cádiz, y la flota inglesa al mando del almirante Nelson la encontró a la altura del cabo Trafalgar. España perdió allí buena parte de su armada, sus mejores marineros y oficiales, incluido sus más experimentados mandos, entre los que estaba el jefe de la flota española, teniente general del mar Federico Gravina. El comercio con América se redujo drásticamente y los mares desde ese momento, a lo largo del siglo XIX, quedarían bajo control inglés.
Manuel Godoy, favorito y primer ministro de Carlos IV. |
El barco francés Redoutable se enfrenta al HMS Temeraire en la batalla de
Trafalgar. Óleo de Auguste Mayer.
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En este video se hace una recreación animada de la batalla de Trafalgar. En dos minutos y medio se resume además muy acertadamente el desarrollo de la batalla y sus consecuencias.
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