BLOG DE JOSÉ ANTONIO DONCEL DOMÍNGUEZ (I.E.S. LUIS CHAMIZO, DON BENITO, BADAJOZ)

sábado, 2 de enero de 2016

Refugiados y desplazados

Refugiados sirios caminan al atardecer entre Serbia y Hungría. Septiembre de 2015. Fuente: El Mundo,.AFP.





Refugiados, desplazados y emigrantes

Un REFUGIADO es una persona que ha tenido que huir de su país para alejarse de un conflicto bélico, ya sea una guerra civil o un enfrentamiento entre países. En ocasiones el país de origen vive en paz, pero sometido a regímenes politicos que no respetan la diversidad y la libertad (dictaduras), entonces el refugiado huye de la represión y sale del país al ser perseguido por razones de raza, religión, opinión política, nacionalidad o incluso orientación sexual. Hay lugares donde se persigue a las minorías étnicas, a aquellos pueblos de raza o lengua diferente a la dominante en el país, en otros el rechazo es por motivos de religión. En algunos estados ser homosexual es un delito muy grave, penado incluso con la muerte, y en la mayoría de las dictaduras opinar diferente a la ideología oficial del Estado, puede llevarte a la cárcel o a ser asesinado. 
En una situación similar se haya el DESPLAZADO, que es una persona que ha tenido que abandonar su hogar huyendo de la represión o la guerra, por las mismas razones que lo ha hecho un refugiado, pero que no ha tenido que cruzar las fronteras del país de origen. Es un movimiento de población de carácter local o regional, no internacional. El desarraigo del desplazado es menor, porque permanece en su mismo país, aunque su situación puede ser más peligrosa y miserable. En el mundo hay más del doble de desplazados que de refugiados.
El refugiado se diferencia del típico EMIGRANTE en que este abandona su país de forma voluntaria, en busca de una mejora de su situación económica, buscando una vida mejor. Puede volver a su país también voluntariamente, y de hecho, en ocasiones lo hace. Goza además de la protección del gobierno de su país de origen, que se preocupa por él, por eso puede acercarse en todo momento a  su embajada. El refugiado ha huido involuntariamente, obligado por las circunstancias, es un emigrante forzado, y busca sobre todo la seguridad y protección que no encuentra en su país, aunque a veces tenga también necesidades económicas. Rompe todos los lazos con el país de origen, con su gobierno, sus instituciones y embajadas, por lo que no goza de su protección.
Por el contrario, en el caso de las emigraciones por motivos políticos, los países de acogidas si están en la obligación de aceptar a los refugiados, estos tienen el llamado "derecho de asilo", recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948). En su artículo 14 señala: "en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país".
En la actualidad existe un organismo dentro de la O.N.U. encargado de proteger y ayudar a los refugiados y desplazados en el mundo. Se trata de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (U.N.H.C.R.), más conocida entre nosotros por sus siglas en español, A.C.N.U.R., que se ocupa del asentamiento de los refugiados en los países de acogida o en sus propios países, intentando cubrir sus necesidades básicas y creando cuando resulta necesario los llamados "campos de refugiados", donde con su asistencia y el de otras organizaciones se procura alimentos, sanidad, educación y otros servicios a los refugiados. Caso aparte, resulta otro organismo, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (U.N.R.W.A.), una agencia de la O.N.U. que se ocupa de asistir a los más de cuatro millones de refugiados palestinos que abandonaron su hogar tras la creación del Estado de Israel en 1948 y que hoy se asientan en Jordania, Líbano, Siria y los actuales territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.


Campo de refugiados sirios en Jordania. Visible el logotipo de la Agencia de la ONU para los refugiados en cada una de las tiendas de campaña. Fuente: EFE.

Según datos de A.C.N.U.R, en la actualidad y hasta verano del 2015, existen en el planeta 59.5 millones de refugiados y desplazados, migrantes forzados por las guerras y conflictos. Aunque persisten conflictos en Europa, como el de Ucrania, o América, como el de Colombia, la mayoría de los refugiados proceden de guerras situadas en África o Asia. La mayoría de los refugiados se asientan en países pobres vecinos y muy pocos reciben asilo en los países ricos de Europa o América del Norte. En el 2015 hemos asistido a una llegada masiva a territorios europeos de refugiados que han desbordado la capacidad de acogida del Viejo Continente. A través del Mediterráneo (Italia y Grecia) han penetrado cientos de miles de refugiados eritreos, somalíes, sudaneses, afganos e irakíes, pero sobre todo sirios. Hoy por hoy tres grandes conflictos son los causantes de la inmensa mayoría de los refugiados del planeta: Somalia, Afganistán y Siria. El primero supone más de 1 millón de refugiados, al los que deben añadirse otro millón de desplazados. 2,5 millones de afganos viven fuera del país, pero es Siria con 4 millones refugiados y más de 7 millones de desplazados quien se lleva la palma. Pero más allá de estos terribles conflictos, el 2015 nos ha mostrado otros escenarios especialmente sangrantes, como el drama de Sudán del Sur, que tras una guerra por la independencia de treinta años, vive hoy una dura guerra civil que ha provocado cientos de miles de refugiados y desplazados, o el drama del pueblo rohingya, que se ha visto abandonado a su suerte en alta mar en los destartalados barcos en los que huía de la persecución en Myanmar, sin que los países vecinos aceptaran darles cobijo.
Una NUEVA ENTRADA DE ESTE BLOG analizará en breve la GEOGRAFÍA DEL REFUGIADO, donde revisaremos los principales conflictos armados causantes, así como los más destacados países de refugio. Adelantamos estos dos mapas realizados por el autor de esta entrada:








El enorme campo de refugiados de Zaatari, en el norte de Jordania, alberga más de 120.000 refugiados sirios.
 Fuente: AFP: Getty images.
Campo de refugiados de Sudán del Sur. Tras conseguir la independencia, se ve ahora envuelto en una cruenta guerra civil. Fuente: El País.



El drama rohingya, minoría musulmana de Birmania. En 2015 huyeron de la represión y se lanzaron en embarcaciones al Mar de Andamán, buscando las costas de los países vecinos, que les negaban la entrada. (F.: teinteresa.com).









Los refugiados a través de la mirada del fotógrafo. Sebastiao Salgado

El brasileño Sebastiao Salgado es uno de los grandes fotógrafos de finales del siglo XX y del nuevo siglo XXI. Un fotoperiodista que, practicando la fotografía documental, ha creado bellísimas imágenes con un claro sentido de denuncia y marcado carácter social. A viajado por todo el mundo y se ha preocupado siempre de la pobreza y la miseria, su fotografia ha hecho visible a los invisibles y ha removido conciencias. Hoy su reputación es inmensa y se ha convertido un símbolo del compromiso por mejorar la Humanidad. En obras como África o Éxodos ha mostrado la realidad de los que se han visto forzados a abandonar su lugar de origen.
A pesar de las críticas que le acusan de cínico, de aprovecharse del drama humano para crear belleza o de comerciar con la tragedia, él se ha convertido en una voz de los sin voz y su fotografía en un delator de la injusticia. Algunas frases suyas nos resumen su concepción de la fotografía, un concepto que subyace en estas fotos, extraídas de su obra África, convertida en un homenaje a sus gentes y su increíble naturaleza, de la que hemos destacado algunas, aquellas que nos muestran la tragedia de los refugiados del continente.

"Más que nunca, siento que solo hay una raza humana. Más allá de las diferencias de color, de lenguaje, de cultura y posibilidades, los sentimientos y reacciones de cada individuo son idénticos".

"Una fotografía no está hecha por el fotógrafo, una fotografía es buena o mala en función de la relación que consigues tener con la gente a la que fotografías".

"Mostrar las imágenes del hambre en África es una manera de denunciarla. En todas partes, estas imágenes han suscitado reacciones. La fotografía es una escritura de una gran fuerza, se puede leer en cualquier parte del mundo sin necesidad de traducción".

El sello particular del gran fotógrafo brasileño Sebastiao Salgado está detrás de la belleza trágica de esta foto.
  El campo de refugiados de Kibeho, situado en el sudoeste de Ruanda, albergaba a hutus ruandeses en 1995.

Una perspectiva casi irreal del campamento de Kibeho, en Ruanda. Tras las matanzas de tutsis en Ruanda, los hutus perdieron el poder y cientos de miles de ellos huyeron de las represalias.
Familia de refugiados en el campo de Wad Sherifay, Sudán, 1985.


Éxodo de aldeanos entre Tokar y Kanora, en busca de un campo de refugiados, región del Mar Rojo, Sudán, 1985.


Madre e hija en el campamento de Korem, Etiopia, 1984.
Refugiados en Uganda buscando agua.
Campo de refugiados ruandeses de Benako (Tanzania), en 1994.
Campo de refugiados ruandeses de Benako (Tanzania), en 1994.


































o
La historia se repite: España, 1936/ Siria, 2015.

Un ejemplo especialmente trágico y cercano de la existencia de migraciones forzosas producidas por efectos de la guerra y la represión política lo encontramos en la historia reciente de España, durante los años de la Guerra Civil Española y la posguerra. Durante el periodo en que duró el conflicto, la Guerra Civil provocó desplazados en los dos bandos. Miles de personas abandonaron sus casas y se refugiaron en zonas lejanas del frente huyendo de la guerra o del avance del enemigo, que ocupaba militarmente su lugar de residencia, se desplazaban así a zonas seguras dentro del territorio ocupado por su propio bando. Esa tónica se fue agudizando con el transcurso del conflicto, especialmente en el lado republicano, que iba perdiendo la guerra. La caída de Cataluña y después de Madrid hizo caer el régimen legítimo y democrático de la II República. Huyendo de la brutal represión ejercida por el ejército franquista en las zonas ocupadas y que tuvo su ejemplo paradigmático en mi tierra, Extremadura, cientos de miles de españoles comenzaron el camino del exilio. escapando a través de los puertos del Mediterráneo, pero sobre todo a través de la frontera con Francia, especialmente tras la caída de la ciudad de Barcelona a finales de enero de 1939. Casi 500.000 personas cruzaron entre enero y marzo la frontera, y en principio fueron asentados en campos de concentración en condiciones durísimas, situados en zonas de playa y en pleno invierno, campos como los de Saint-Cyprien o Argelès-sur-Mer, en los que se ubican muchas de las fotos seleccionadas. La mayoría de esos refugiados no volverían nunca, y a lo largo de la larga dictadura, de casi cuarenta años, se le unieron otros muchos. Hablamos de una dictadura que prohibió el legítimo uso normalizado y público de la lengua materna de muchos españoles (el caso de catalanes y vascos), que no asumía la libertad religiosa, que perseguía a todos aquellos que desarrollaran opiniones políticas diferentes a las del régimen y en la que la homosexualidad de una persona la podía conducir a la cárcel. 
Hoy la guerra de Siria, tras varios años de destrucción, ha provocado un éxodo inmenso de refugiados que llaman a las puertas de Europa a través de Italia y sobre todo de Grecia. La principal vía de entrada es a través de Turquía, cruzando el estrecho que la separa de la islas griegas como la de Kos. Una vez en el continente, las columnas de refugiados se dirigen a través de Macedonia y Serbia hasta Hungría, y tras su cierre de fronteras, hacia Croacia y Eslovenia. De ahí, al "paraíso" soñado, Austria y Alemania. Pronto se alcanzarán el millón de refugiados llegados a Europa. Huyen de la guerra que está destruyendo el país, de la represión ejercida por los grupos armados opositores y la que desarrolla el gobierno de Bashar Al-asad. 
Los que vemos las imágenes televisivas de los refugiados sirios no podemos evitar retrotraernos a la España de los años 30: los mismos rostros, la misma incertidumbre y miedo en ellos, las mismas columnas de hombres y mujeres, el cansancio, el hacinamiento en los campamentos. La misma esperanza en un pronto retorno, en una vuelta que posiblemente nunca se producirá.